miércoles, 5 de febrero de 2025

Alarma nocturna

 


Fran se despertó sobresaltado. Todavía era de noche, noche cerrada y debía en buena lógica
seguir durmiendo unas horas más. Pero aquella alarma se disparó y le despertó. Era la de
unas obras de acondicionamiento de la fachada de la casa de enfrente. Se asomó nuestro
protagonista a la ventana y observó que nadie había penetrado en aquel andamio. Juan
Gordal llegó junto a él.

¿Qué pasa? ¿Nadie va a apagar eso?No lo sé, Juan. Desde luego aquí no hay quien 
pueda dormir —respondió nuestro hombre.¿Y nadie más lo oye? Los de la casa de enfrente no se mueve ninguno. Ya, pero nosotros tenemos un sueño más ligero, se ve.

Carolina Gordal también se despertó. Llegó a donde estaban sus hermanos y les habló de
posibles reacciones al estruendo.

¿Y qué podemos hacer? ¿Llamar a la policía?No tengo ni idea, pero ya os decía que no me gustaba ese andamio allí.

Lo más insólito de todo es que como comentaban los dos hermanos nadie más parecía
haberse percatado de que esa alarma estaba sonando. Tras hablar con la policía municipal
y nacional pareció que por fin un coche se dejaba caer por la casa de enfrente. Tras hablar
por el telefonillo no vieron los hermanos qué había ocurrido pero la alarma cesó.

Bueno, a ver si todavía podemos dormir —dijo Juan.Y a ver si quitan ese andamio, porque ahora no me va a dejar pensar en otra cosa —habló 
nuestro protagonista.¿Y cómo nadie más ha oído nada? —preguntó Carolina.Yo que sé, igual eran fantasmas —respondió Juan.Eso, lo que me faltaba para alegrarme la noche —sentenció Fran. 


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