miércoles, 24 de junio de 2015

Toda la tarde con lo mismo

 
Fran acudió a casa de tía Maria cristina y tío Francisco. Les iba a 
explicar cómo se usaba el ordenador para enviar archivos por 
correo, y de paso a ocuparse de su memoria anual de profesora. 
La verdd es que conociendo su habilidad, Fran iba dispuesto a
 pasar una tarde bastante pesada y molesta, pero el problema era 
muy simple:

 -Tú por teléfono me dijiste que adjuntase el documento, pero lo 
tengo en Drive, no en el ordenador.
 -Pues vete a Drive y ábrelo -dijo Nuestro protagonista.

 Cuando entraron el la carpeta Online de Gmail, fran observó 
algo interesante: el documento se había descargado seis veces.

 -Pero yo solo quería uno -dijo tía Maria Cristina.
 -Te pasó lo que a mamá, te pusiste histérica a dar al botón, y éste
 es el resultado.
 -Ya te lo dije yo, y no te fiabas de mí -intervino tío Francisco.
 -Hazle caso al tío, que usando el internet está progresando mucho.
 -Bueno, pero ¿lo mando así? La plantilla que me enviaron para la memoria está vacía.
 -No claro, tendrás que rellenarla.
 -Pero es que lo hice ayer.
 -Pues una de estas plantillas que tienes guardadas estará rellena, ábrela.
 -Es que las he borrado ya, todas menos esta.
 -Pues nada, tendrás que reescribirla y enviarla.
 -Y yo creo que la envié ayer -dijo tío Francisco
 -Que no, que no sabíamos...
 -A ver, tía, vete a enviados. 

 Una vez más, el tío tenía razón. Allí estaba el mensaje, con todos sus detalles, de que la memoria 
había sido enviada.

 -Pues no sé cómo pudo llegar.
 -Tía, haz caso a tu marido, que parece que va progresando -dijo nuestro héroe-. ¿entonces he venido 
en balde?
 -No, por favor enséñame.

 Hora y media más estuvo nuestro protagonista explicando con detalle todos los pormenores de los 
mensajes. Tía Maria Cristina tomaba apuntes histéricamente, como esos estudiantes que intentan 
captar toda la explicación y se lían ellos solos. Al final quedó satisfecha. Tío Francisco aún preguntó 
una duda menos sobre cómo se cargaban fotos, que fue rápidamente comprendida.

 -Pues has sido muy útil, Fran, toma un dinerillo por tu paciencia.
 -Gracias, pero no tienes que pagarme, es un placer.

 Fran, con su dimnero en el bolsillo y su deber cumplido, se dirigió rápidamente a casa, al tiempo que 
hacía cábalas sobre cómo usaría aquel dinero. Sin embargo, Doña Marta Palacios lo sacó de tales 
pensamientos:

 -Ayhijomenosmalquehasacabadoconmihermanaporqueyoestabamuynerviosaporquetengoquehacerla
declaracióndelarentayaunqemehanenviadoelborradornosécomoabrirlotenecesitabaparaquemedes
clasesdeinternety....

 -¡Dios! ¿Y tiene que ser ahora?
 -Síporqueeltiemposeacabaynolotengohechoademásdequelonecesitoparaotrosmuchospapelesque
pensabaresolverlasemanaqueviene...
 -¡Joder, que me he pasado la tarde hablando de internet!
 -Puesquéquieresquelehagatuhermanohasalidoyyonecesitoesoyayahínohayquienabraperotenemosque
tenerladeclaracióncuantoantes...
 -Está bien, pero como me llamo Fran que este verano tú aprendes a usar el ordenata.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario