-¡Pero cómo se te ocurre! ¿Qué mal te he hecho yo? -preguntó Doña Marta al borde de las lágrimas.
-Lo siento, mamá, yo que creí que te iba a alegrar tanto la limpieza que he hecho...
-¿Y tienes que tirarme todo lo que tenía guardado?
-Pues es que para mí,todos los periódicos pasados son para tirar.
Doña Marta era en opinión de nuestro héroe la última persona en el mundo que en la era de internet y la
comunicación digital seguía guardando periódicos para leer luego. Por ello, cuando aquel sábado decidió
hacer una limpieza en el salón echó al reciclaje aquel montón de diarios.
-¿Ahora cómo voy a ver el artículo de Carrascal del ABC?
-Mamá. Si ese es el problema yo te lo busco en el ordenador en un momento.
-Sí, el internet, no piensas en otra cosa. ¿Y mis niños?
-¡Pero si te lo puedo imprimir varias veces para tus alumnos, si es lo que quieres!
-Fran, coño -intervino Juan-, si sabemos que ni si quiera los lee pero sabes lo importante que es para
ella. ¿Cómo no tienes más cuidado?
-¡¿Que nunca los leo?! ¡Ten cuidado que te mato -dijo Doña Marta volviendo su ira a Juan.
-Bueno, ¿por qué no vienes y lo lees en el ordenador?
-¡Que te mato, no vuelvas a decir chorradas de ordenador y similares!
-Bueno, cálmate, voy a ver qué ponen hoy en la tele -dijo encaminándose hacia el periódico del día.
-¡Ni hablar! Tú no vuelves a tocar mis periódicos -dijo Doña Marta haciéndose en un movimiento
fulgurante para cogerlo.
-Mamá, no exageres.
-¡Juán!¡Llévatelo, que viene el tanque destructor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario