jueves, 15 de octubre de 2015

Bronca de invierno.

-Fran, ¿qué haces con el calentador? -gritó Juan desde la ducha.
-Yo ni toco el calentador.
-Pues me sale el agua helada y no hay manera de calentarla. ¿Estaba así esta mañana?
-Ni idea, yo siempre me ducho con agua fría.
-Bueno, pues yo no soy una foca del polo. Ve a ver que pasa.

Tras un examen sumario al calentador, Fran sólo sacó una cosa en claro: no se encendía. Obviamente, él no iba a desmontarlo para ver qué fallaba.

-Lo siento, Juan, te tendrás que duchar así.
-¡Cómo que me duche así! Hazlo tú, hijo de puta.
-Lo hago todas las mañanas, de hecho, el calentador sólo lo usáis mamá y tú, y yo creo que es un gasto que perfectamente podríamos ahorrar.
-Que te estés poniendo gordo como una puta foca no quiere decir que te comportes como tal. Y menos que nos obligues a los demás.
-¿Que yo te obligo? No te duches si no quieres.

Cuando llegó Doña Marta Palacios, los dos hermanos la informaron del problema con el calentador.

-Sí, ya lo sé, tendrán que venir a arreglarlo. Pero tú, Fran, me asombras. ¿Dices que no te duchas con agua caliente para ahorrar gas y dinero?
-Es mejor para el medio ambiente y más barato.
-Fran, en eso no ahorres. Eso es un uso legítimo de los recursos.
-¡Y además nos jode a todos los demás con sus manías! -añadió Juan.
-Juan, yo no he tenido nada que ver con la avería del calentador.
-El caso es que no puedes ducharte con agua fría.
-Joder, a ver si el único que no usa el calentador es el que lo ha roto.
-Pero ni te has dado cuenta de que estaba roto.
-¡Poque no lo uso, pero no os he obligado, ni tengo que ver con su avería!
-Míralo, solo le falta para ser una foca que se le hunda la picha. Igual por eso lo hace, para que con el agua fría le encoja. Casi haríamos más entrenándole y dándole un balón -dijo Juan.
-Esta bronca podría ser un chiste de verano si no hubiese llegado ya el invierno.

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