-
Migha que lo digue vejes -decía Fran con su nariz tapada-, que
güidagdo gon los gambios de temberatuga, que no billaseis un
gripagzo...
-Por
hablar -respondió Doña Marta Palacios-. ¿Quieres ir al médico?
-Babá,
ya se gue es un gatadho. Lo que ngesito es que se pase y bunto.
-Si
quieres -añadió Juan-, tengo caramelos y pastillas para los
síntomas.
-No,
pero Kleenex y Respir sí necesitaría.
Como
decía desde hace tiempo nuestro protagonista, frío no hacía, pero
los cambios de temperatura eran muy dados a que la gente cogiese frío
y se gripase. Nuestro protagonista lo estaba sufriendo.
-La
vergndag es que se coguen más cadarros en esda época que en ninguna
otra.
-Bueno,
mamá y yo ya lo pasamos, solo quedabas tú.
-A
ver si me habeis buegado vosodros esdo.
-¿Y
qué culpa tenemos? Haberte cuidado más.
-
Sí, bero cuando m abrigo dengo calor, guando no brío...
-Bueno,
esta es una conversación en bucle, cuídate y a ver si se te pasa.
-Eso,
este año ya he cogido mi catarro de invierno.
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