lunes, 2 de noviembre de 2015

Ya no es convivencia pacífica.

-¿Y el Tenorio? -dijo Fran observando aquel stand-. Parece mentira, estamos en España.
-Pues ya ves, ese no -respondió Juan.

La tan traída y llevada discusión de si es buena la aculturación plena que desde hace ya bastante tiempo padecemos en fechas de primeros de noviembre a manos de la fiesta de brujas americana parecía agotada. Sin embargo, a nuestro héroe le repateó que en La Casa del Libro hubiese un stand de obras acordes con la fecha con éxitos sin duda magníficos de Anne Rice, Edgar Allan Poe, Bram Stoker, Stephen King, Lovecraft y otros similares, pero en una tienda de Madrid, cabría esperar que también hubiese algún autor español en el mismo. Y desde luego la obra principal y característica de esa fecha en España era la de Zorrilla. Pero ya había llegado la aculturación al punto no de convivencia pacífica, sino de comerse a lo de aquí.

-Y encima adoptamos una fiesta infantilona y cutre, a mí me mola más el día de difuntos mexicano -dijo Juan
-Pues ven aquí enfrente.

Fran mostró el escaparate de un supuesto restaurante mexicano adornado con las calabazas y caramelos de los gringos. ¡En esa fecha! Cuando de lo más típico de México son sus “muertecitos” y su día de difuntos fundido con una fiesta azteca que ya tenían cuando llegaron los españoles.

-Al menos -dijo Fran-, las pastelerías siguen vendiendo buñuelos de viento y huesos de santo.
-Sí, pero también calabazas llenas de caramelos y americanadas similares.
-Pues que me quiten los buñuelos ya sí que no estoy dispuesto. Y lo has visto en la Casa del Libro, primero se igualan y después se ventilan a lo de aquí.
-Y nadie tiene la culpa, mira a los críos. A ellos puede hacerles gracia disfrazarse, pero el resto somos mayorcitos.
-Y verás cómo al llegar a casa, mamá nos vuelve a contar la anécdota de ET.


Los dos hermanos llegaron a casa, hablaron con su madre y le preguntaron cómo había pasado el día.

-Pues bueno, he comprado los buñuelos, he ido a ver a vuestro padre... pero todo lleno de niños disfrazados de fantasmas y similares. Recuerdo que cuando tú, Fran, tenías un año Spielberg extrenó ET. Y allí en un momento dado Elliot y sus amiguitos celebraban el Halloween y había que explicar a los niños que era una fiesta americana.
-Ahí lo tienes, ya está el día completo -sentenció Fran.

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