jueves, 2 de agosto de 2018

Pescado extraterrestre a precios extraterrestres.

-Bueno -dijo Juan Gordal-. Con sheitanm, soja, y carne en conserva halal ya tenemos suficientes cosas raras.
-En realidad, el plato fuerte, la carne, las legumbres son las mismas en todas partes, solo varían las especias, las preparaciones...

Fran y Juan Gordal conocían esa tienda, que era como un supermercado pero de productos propios del sudeste asiático, llevada por dos personas de aquella región, probablemente de Bangladesh. Muchas veces habían pasado por ahí a ver qué encontraban. Habían conocido especias como la cúrcuma, frutos como el babobab, y algunas veces preparaciones desconocidas de carnes y pescados. Pero el plato fuerte era la misma ternera, sardinas, etc.

-Hombre, son humanos. No van a comer tortiugas extraterrestres de esas de enemigo mío.
-Pero algún ave extraña, alguna cosa que no tengamos aquí...
-De eso las especias.

Entonces nuestro protagonista reparó en una cámara frigorífica que había escondida en una esquina de la tienda y que nunca habían mirado. Estaba apartada del camino lógico que seguiría una persona por el recorrido de aquella tienda. Un rincón apartado, fuera del pasillo que formaba la disposición de los productos de la entrada a la caja. Parecía un rincón oculto. Fran preguntó a la dependiente:

-¿Qué hay ahí?
-Pescado -dijo aquella chica de apariencia hindú.
-¿Pero qué pescado?
-De río y mariscos.
-¿Puedo verlo?
-Claro.

Nuestro protagonista miró a través del tope transparente de la cámara frigorífica, y en efecto había peces rígidos congelados. Pero no eran truchas o barbos. Por primera vez Fran vio lo que le extrañaba no haber visto en aquella tienda: eran peces exóticos de los que sólo se veían en documentales del amazonas y ríos exóticos: peces gato, de colores, con dientes sumamente aparentes... Y del tamaño cada uno de un hombre desde la cintura hasta la cabeza. Estaban bien clasificados, señalados y etiquetados, eso sí, y Fran leyó de dónde venían: Zimbabwe, Birmania...
Eran los peces que salían en los documentales de Monstruos de río


-Sí que tenían cosas raras, sí -dijo nuestro protagonista-. Pero nadie se llevará un bicho de este tamaño y congelado si no tiene un restaurante.
-Pues no has visto lo que hay aquí, Fran -le dijo Juan-. Caracoles gigantes, pulpos de colores, cangrejos de formas inverosímiles...
-¿Podemos comprar algo?
-Otro día, parece que los precios no nos convienen -dijo señalando una etiqueta.
-Vaya, o sea que tanto buscar, y cuando por fin encontramos cosas raras están caras.
-No me parece raro. Por la forma el bicho este podría ser de Marte.

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