sábado, 30 de marzo de 2019

Enfermedades de cocinero.

-Está muy bueno, Doña Marta -dijo Alvarito de aquel cocido en la comida familiar-, me gusta no tener que guisar yo un día, y además me vendrá bien para el catarro.
-Joder, cuñado, yo estuve la semana pasada así -dijo nuestro protagonista-. Pero no has estado aquí o sea que no creo que telo haya pasado.
-No, no -decía Alvarito-, en realidad esto es una enfermedad laboral de cocineros.

Fran se asombró, pues del trato con su cuñado iba conociendo cómo era esa profesión de cerca, más allá de tantos chefs que ahora aparecen en los medios con atención. Ya conocía el callo de cortar con el cuchillo, la gran cantidad de chaquetillas que deber tener, trucos para que los niños coman verdura... Sin embargo nunca había oído que los cocineros fueran más propensos al catarro que otras personas.

-Le pasa a todo el mundo una o dos veces al año, cuñado.
-Sí, pero mira, resulta que los cocineros trabajamos entre fogones, con el horno a tope, etc. Y claro, al salir, la diferencia de temperatura se nota. Los cambios de temperatura son una cosa habitual para nosotros, y aunque trato de abrigarme, de quitarme la chaqueta, etc, a la mínima que nos descuidamos tenemos un catarro
-Yo también una vez al año, pero más imsomnio y dolor de cabeza -dijo Juan.
-Esas som enfermedades de profesiones más abstractas, más de cabeza -dijo Alvarito.
-Ayhijopuesdebeserhorribleparavosotrosyocuandoestoyacatarradatengolavozechaunascoynoestoya
gustoenningúnsitioybuenoahoraestoyencasaperoaveceslosniñosmeponñianlacabezapeorynosabíaya
quehacer...
-En cualquier caso, cuñado, como cuando haces ejercicio, que hay que controlar ropa y temperatura, eso tendréis que hacer.
-Sí, como los futbolistas, pero yo de momento gano menos,
-Bueno, los cocineros también se pueden convertir en estrellas.
-El problema es que yo juego al fútbol y soy cocinero y no consigo el estrellato por ninguna de las dos actividades.
-Bueno, en cuanto Juan o yo coloquemos nuestras creaciones esto será distinto -sentenció nuestro protagonista y toda la familia rió.

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