buscandounoscubiertosyAvecrem
peroresultaquecuandohecogido
unasarténtodosemecaía
encimaporquepareceque
estabanmuyapretadosunos
estabanmuyapretadosunos
cacharrosconotrosy
ahoranmopuedocolocarlas
ensusitio...-gritaba Doña Marta Palacios.
ensusitio...-gritaba Doña Marta Palacios.
Nuestroprotagonista acudió tanrápido
como pudo y observó horrorizado a Doña Marta lanzando
descoordinadamente los brazos hacia el armario de los platos para
parar una avalancha de varios utensilios de cocina. Rápidamente
colocó unos y otros y sacó a su madre de aquel espacio:
-Joder, mamá, en cuanto te dejo sola
estás a punto de meterte en unos berenjenales que ni soy capaz de
imaginar.
-Ayhijoquécosastienestalcomolodicesparecequeunanoparedemontarlíoscuandosólointentohacer
cosasnormalestútytuhermanoosempeñáisenquenosoycapazdehacernadayencimameecháislabronca
suertequemelotomoarisa...
-Mámá, te he avisado muchas veces
que es normal que Juan y yo hagamos cosas en casa, pero te empeñas
en abarcar tú todo, y o te haces daño o rompes cosas.
-Hijoniquefueraundesastretalcomolodicesparecequecadavezqueyopreparolacomidahubieramuertos
estoesunacosanormalquesiemprehehechoyoynomevaisaapartardemisfuncionesahoraosvoyahacerla
comidayverásquerápidoestátodoahoravoyacambiarlabolsadelabasura...
-Mamá, eso voy a hacerlo yo, ni tú
ni nadie puede abarcar tantas cosas como tú quieres.
Pero ya antes de que acabara esta
frase, Doña Marta abrió un cajón del mueble de la cocina, y empezó
a forcejear:
-Hijoestotambiénsehaatascadovamosatenerquedejarmejorcolocadaslascosasporquecadavezqueuna
buscaalgoenlosmueblesdelacocinatienequepeleardiezminutosyluegoencimavosotrosmeecháisla
broncadiciendoquesihagotalquesicuál...
-Hombre, mamá, es que ni un solo día
pasa sin que te hagas daño o estés a punto.
-Dañonohijonoexageresquenomevoyalaguerrahagocosasmuynormalesencasalimpiandoordenando
loquehehechotodalavidayqueahoravosotrosnoqueréisdejarmehacerysimedejaraestabaeneñasiloendos
díasperonoosvoyadejar...
-¡Mamá! ¡Cuidado!
Fran gritó y se dio cuenta de que uno
de los cajones del mueble cayó cerca de los pies de Doña Marta al
pegar ésta un tirón. Fran quedó horrorizado pensando en eldaño
que podía haber sufrido Doña Marta de pillar sus pies debajo aquel
cajón. Pero Doña Marta se reía:
-Ayhijoquecaramásgraciosahaspuestotehasdebidollevarunsustotremendonohombresienrealidad
nuncamepasanadapormuyaparatososqueseanlosaccidentesquemeveassusfriryavesquemelotomoarisa
ytodoperotúnohacesmásquesufrir...
-Sí, encima al final, el que acabrá
en el hospital por los sustos seré yo. En fin
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