—¿Quieres
salir, mamá? Sabemos que eso a ti te daba mucha fuerza y llevas
días sin poder.
—Síhijomuchas
graciasaunque
yamehabía
hechoala
ideadenosalir
peroyasabes
quepuedohacerlo
yno
tengoningún
inconvenienteyonuncahiubieracreídoquepodíaestartresdíassinhacerloaunqueseaconun
motivotanimportantecomoesto...
La
pandemia que asolaba el mundo y se había cebado especialmente en la
ciudad y la comunidad donde vivía nuestro protagonista había
impuesto situaciones muy curiosas en la vida cotidiana. Era una
obsesión de nuestro protagonista que su madre no perdiera sus
actividades y las costumbres que le mantenían ilusionada, pero al
mismo tiempo debía evita que bajara a la calle y se pudiera
contagiar.
—Bueno,
pues traete los periódicos, el pan, y a ver si traes tres botellas
de Coca-cola light—explicó a su progenitora nuestro protagonista.
—Clarohijoqueelsolmevaavenirmuybienllevabadíassinsaliraversiostraigoverdurastambiénqueno
tenemosyalgoparatenerencasaqueahoraestamosmuchotiempoencasaycontinuamenteapeteceteneralgo
quellevarsealaboca...
—Mientras
Juan y yo entrenaremos.
En
efecto los dos hermanos reanudaron su rutina física habitual, y
mientras la hacían se inquietaban por Doña Marta:
—¿No
tarda mucho, Fran? —preguntó Juan tras una serie de mancuerna.
—Nunca
se ha movido muy rápido mamá, Juan, pero yo creo que este tiempo de
compra está en lo normal para ella.
—Ya
veremos.
Los
dos hermanos acabaron sus ejercicios, se ducharon, se vistieron... y
por fin llegó Doña Marta.
—Miradhijosmehetraídounabolsademandarinasytambiénvariosguantesdelsupermercadoparaque
tengamosqueesnecesarioteneryahloramevoyaponeraleerelperiódicoyaverquéhadichohoyelsacerdote
quehablaporlaradio....
Mientras
Doña Marta soltaba esta perorata, Juan miraba el carro de la compra,
y se llevó un disgusto:
—¿Pero
qué Coca-colas son estas? Son sin cafeína y de un litro.
—Ayhijoquécosastienesperosierestúelquequeríaquelastrajeralightyoheidoconmuchailusiónyahora
vasymedicesquenotegustaquenoquieresloquehetraídomiraquemehefijadobienyquelohehechocon
ganasdetuparte...
—Light
no es lo mismo que sin cafeína. Y además, las botellas son
pequeñas.
—Mamá
nunca trae eso, Juan, debimos ir nosotros. Bueno, que se lave las
manos bien —intervino nuestro protagonista.
—Ahoravoyquetengoquedejarlosguantesyponermedecasaqueestosquehetraidosonmuyimportantes
yahoravoyalimpiarbientodoqueyaséquelasmanossonmuyimportantesymelasvoyalavarunpocoporque
nodejandedecirqueeslomásimportante...
—Joder,
encima tarda en lavarse. Bueno, al menos se ha aireado. Ahora otros
tres días de clausura.
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