miércoles, 2 de septiembre de 2020

Por prisa no era.


La cola de la FNAC. Fran y Juan Gordal esperaba para salir guardando la distancia de las marcas que el establecimiento, como muchos otros en aquellos tiempos,  había puesto en el suelo para marcar el espacio que debía guardarse en las colas para prevenir la propagación de la pandemia que había afligido la ciudad y el mundo donde vivían los hermanos. La pareja que había unos pasos más adelante estaba mirando un mostrador, y entonces una mujer de mediana edad violó el espacio de seguridad para decir en la espalda de los dos hermanos de muy malas maneras:


¿Qué? ¿No Avanzáis?¿Pensáis quedaros aquí toda la noche?

Señora, no sé si ve que delante tenemos dos personas y que hay que guardar la distancia de seguridad —Intentó explicarle Juan.

Están mirando cosas, no en la cola, que estáis atontados. Y mientras yo esperando.

Bueno, pues pase si quiere, pero no va a llegar muy lejos


La pareja de más adelante la miró con extrañeza, pero no la detuvo. Posteriormente indicó a los hermanos que también podían pasar. Los hermanos lo hicieron y a cuando bajaban a la planta baja, en la escalera mecánica, aquella mujer estaba echando una bronca al segurata por el asunto de la cola: que una cosa era la pandemia y otra la falta de organización, que ahí podía haberse quedado horas... Al pasar los dos hermanos la mujer cortó su perorata:


Estos, estos eran los dos mastuerzos de los que le hablé.

Pues chicos, tened cuidado de no obstruir a esta señora —dijo el segurata en un tono que también demostraba sus pocas ganas de discutir con la misma.

¿Ya está? ¿Eso es todo? —oyeron los dos hermanos que decía al vigilante.


Fran y Juan ni se habían parado. También ellos habían notado que el segurata no sabía cómo sacársela de encima y que la "bronca" que habían recibido era para que aquella mujer se fuera.


Joder, cómo les gusta a algunas, y que me perdonen pero suelen ser mujeres organizar colas y montar pollos —dijo Juan.

Lo que es evidente —sentenció nuestro protagonista—, es que por prisa no era, porque ahí sigue dando la brasa al guardia.


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