—Ayhijoaversimeimprimísesopor
quetenemosque
cibtestaralosde
esosrecibosy
luegotieneque
vermeel
médicolasrodillasyhayqueavisar
alotrositiodelosdel
reciboquellevamosyatresdíassinimprimiresoque
parecequenomehacéiscaso...—peroraba histérica Doña Marta Palacios.
—Mamá, ya sabes que necesitamos la tinta para la impresora —contestaba nuestro protagonista.
Conseguir ese cartucho estaba resultando mucho más difícil de lo que pensaba nuestro protagonista,
pero lo cierto es que habían recorrido todas las papelerías del barrio, preguntado en unos grandes
almacenes y buscado en una tienda de impresión recién abierta y no había encontrado cartuchos para
su impresora. Solo le quedaba dirigirse a un establecimiento de material de oficina que conocía en cierta
calle. Allí le dejaron de piedra con la respuesta que le dieron cuando preguntó por los cartuchos:
—No tenemos, estos ya casi no se usan, pero los podemos pedir.
—¡Pero bueno! ¿Tan antigua es mi impresora?
—Bueno, aquí tenemos material un poco más viejo, mire alrededor.Fran observó que en efecto aquella tienda vendía cajas registradoras del tipo de los años 90,
máquinas de escribir eléctricas, y cintas métricas. Parecía claro que aunque su impresora siguiera
dando buen resultado y siendo compatible con su actual material informático era un modelo que ya
no estaba en boga. Sorprendido, pero sin otra alternativa, respondió al dependiente:—Vale pídamelo.
—De acuerdo, deme su nombre para el pedido.De aquello habían pasado tres días y en el momento actual tocaba ir a recogerlo:
—Nomedigasquenoeramuchomejorqueahoraquehayquesacarlotododelinternetynoteatiendeny
miralosjaleosquesuponetenerlamenorcopiadenadaytodosloslíosquenostraemosyhastenidoqueiratantos
sitiosysigosincartuchos... —Eso es por tener material antiguo, no nuevo.—Puesseráperosiguessinpoderhacérmeloyestosiguesinhacerseymepidenmáscosasytengoquedarlo
yayenelmédicotambiénvoyatenerquellevarunacopiadeotracosaparaquemecitenynoestáimpreso cuandoantessehacíatodoconesashojasquecopiaban...—Bueno, mamá, hoy lo haremos. De todas maneras mi impresora igual es de los Picapiedra, pero
tú eres de cuando se hicieron los Picapiedra, hablando de ir y de impresos al carboncillo.
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