—Pueshijoesquevoyahacerunconejoynecesitaunas
hierbasnopodemosdejarloasíelconejosinuntoque
decamponovabienhetenidoquetremediarlosinoelconejonotienesaboryentonceshetenidoquebajar
rápidoatraer...
—Mamá, ayer Juan estuvo juntando todos los sobrecitos que teníamos y
llenó tres botes grandes. Has traído justo lo que no hacía fálta.
—Buenhijopuesesonopidepanahoraechoelrestoahíy
yairemossacandoparaelconejoelcorderoytodoslosasadosquepongamosyasítenemosparavariosdíasnovolveremos
airapormáshierbasqueyatenemosynosvaaservir...
—Tendrás que acordarte de no traer más.
Fran echó una ojeada a aquella estantería llena de botes de tomillo. También había muchas
otras especias, pero ninguna en la cantidad de la hierba citada. Pensaba nuestro
protagonista que tendría que estar una semana entera sin comer más que asados para dar salida
a todo aquel tomillar.—Si por lo menos fueran semillas podríamos poner un huerto —comentó Juan.—Nos va a salir uno aquí. Nos va a entrampar como siga acumulándose.—Quenohayparatantohijosquedentrodeunaspocascomidastodoestosehaacabadofijaosquenoserátanimportantecuandoencuantosalgodeaquísemeolvidaademásmiradcuantoleheechadotieneunsaborbuenísimo...—Solo te pido, mamá, que no traigas más.—Hijoquecosastienesparecequenohicieramásauetraertomilloyosololotraigocuandomeocupodelacocinaquecadavezesmásdetardeentardeysiempremelamontáisporunasoporotraspuesnovoyatraermásenmeses...—Eso espero, mamá, que nos sale por las orejas.
Sin embargo, una semana más tarde Doña Marta decidió preparar un estofado y antes deprepararlo volvió a ir a la compra... ¡y a traer tomillo!
—Pero mamá, si te hemos dicho mil veces que no traigas tomillo, que hay a toneladas aquíen la cocina —volvió a decir Fran—Ayhijopuesyopensabaquenecesitabaalgoquedieragustoalestofadoymehetraídoestabolsitaparaaliñarelguisoporquesinonosabeanadanomegustaaunquetenemostomateguisantesajoymuchasotrascosasperosinelaliño...—Habrá que pedirle que traiga yo que sé, romero —pensó nuestro protagonista.—Cuidado, que entonces nos pone una pradera de romero en casa —intervino Juan.—Al menos cambiaremos de hierba.
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