La pandemia que afligía
el mundo de nuestro
protagonista estaba
empezando a declinar,
al menos en las
regiones del planeta
con más riqueza y medio. Como prueba de ello podía darse el hecho de la reapertura
de los cines donde Doña Marta Palacios y Fran volvían. Lo cierto es que ya habían
ido en verano, pero aún estaban las restricciones muy presentes, y por ejemplo había
asientos vacíos para garantizar que el público no se concentrara en demasiado poco
espacio y unas disposiciones muy estrictas para el tema de las bebidas y palomitas que
solían acompañar las proyecciones. En aquella segunda ocasión, por lo visto, ya podía
llenarse la sala al completo. Pero nuestro protagonista no vio una cola especialmente
grande al entrar. También Doña Marta Palacios le comentó al respecto al sentarse:
—Ayhijopuesesunalaegríasentarseperoyocreíaqiuesinrestriccionesestoibaaestarmásllenoseven muchosasientosvacíosyparecequelagentenoestabatampocohaciendocolaestamostúyyoconotraspocas perosonasyoesperabamuchomás... —Yo también, mamá. No sé es que la gente ha perdido la costumbre o que si el cine ya no atrae gente.
No quería nuestro protagonista pensar en un mundo sin salas de cine. Pero si la gente antes delparéntesis de la pandemia ya estaba acostumbrándose a ver todo en streaming y moverse poco decasa, tras el cierre obligatorio la tendencia se había acentuado. ¿Sería posible que el públicovolviera a las salas tras haber pasado entre mese y años encerrados en casa entreteniéndose en casaa base de audiovisuales por las nuevas plataformas? Intentó alejar aquellas reflexiones de su mentey disfrutar de la película, la última producción de un genio al que Fran admiraba profundamente.Pero también la proyección le dio la impresión de que las cosas habían cambiado. Su ídolo parecíano ser capaz ya de rodar el tipo de películas que nuestro héroe había disfrutado tanto. Por otro ladoel guion no estaba bien resuelto. Y este tipo de sensaciones, que son relativemente normales al buscarnuevas películas que ver se aceptaban mejor si uno estaba en su casa que si había pagado entrada.Parecía difícil que los habitantes del planeta de nuestro protagonista volvieran al cine en esascondiciones. Pero él formaba parte del grupo de irreductibles que seguirían acudiendo a las salaspasara lo que pasara.
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