sábado, 19 de marzo de 2022

La normalidad de Doña Marta

 


Doña Marta Palacios llegó a casa exultante. Fran que la había acompañado se alegraba de ver contenta
a su madre, pero estaba un tanto cansado al llegar a casa de oírla hablar sin parar del mismo tema.

Ayhijoesquenoshadichoelsacerdotequeyavamosavolveraestar
enmisacomoestábamosque
podremosdarnoslamanoenlapazrecibirlacomunionsentarnos
entodoslosespaciosdelosbancosyoestoy
felizdequelamisavuelvaasernormal...Yo tambiénmealegro de que hasta los vejetes tengáis vuestra
 vida anterior a la pandemia, pero llevo
 diez minutos sin oír otra cosa —dijo Fran.AlfinalDiosprevaleceantetodomiracómolaevociónsigueahíyhemossuperadoestetrancequeparecía
quenoseacababanuncaperotodoslosqueíbamosamisasabíamosqueestopasaríaperonollegabanuncael
momentomesientocomollegandoalatierraprometida...Bueno, mamá, no exageres, llegamos a casa.

Según entró Doña Marta explicó su alegría a Juan, a Carolina, llamó a la tía Maria Cristina, a la tía
Clara, a varias compañeras de sus antiguos trabajos y les explicó lo alegre que estaba de poder volver
a llevar los gritos cristianos con normalidad.

Otra vez está dopada con la juerga mística —dijo Carolina Gordal.Hombre, si los curas la ponían en marcha con las medidas pandémicas, imagínate si se las 
administran sin medida.Yo creo que debería medirle la dosis de misas y hostias —comentó Juan GordalAyhijotendríaisquevenirqueyanisiquierahaylímiteylasmisassonnormalesnosabéislafuerzaqueme
daestoyasísevequeyasehapasadolaplagaestonoeraelapocalipsisysiDiosquiereahoratodopasaráde
unaçvezsiesqueDiosalfinalaprietaperonoahoga...Bueno, está bien que se pase la plaga —sentenció Fran—. Pero a ver si ahora la plaga va a ser la
 juerga mística. 


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