martes, 29 de marzo de 2022

La implosión

 


Los Gordal Palacios  veían tranquilamente en su casa la televisión, que esa

noche echaba una película interesante, cuando un terrible golpe los puso en alerta.
Hasta Doña Marta Palacios fue capaz por una vez de ser escueta en su habla:


¡¿Qué ha sido eso?! —preguntó la matriarca de los Gordal Palacios
Si no fuera imposible diría que ha entrado alguien en casa —contestó nuestro protagonista.
 

Carolina Gordal miró en su habitación visiblemente angustiada y Juan Gordal comprobó los plomos
y los fusibles. Nada extraño. Tampoco la puerta estaba abierta como observó nuestro héroe.

En la cocina tampoco había nada —aclaró Carolina Gordal.Pues nada, vamos a sentarnos.
 La familia se sentó y permaneció diez minutos tranquila, pero con el resquemor de que algo debía 
ir mal. Cuando pasado ese tiempo Carolina fue a la cocina a por un vaso de agua y se encontró de
 bruces con una auténtica inundación. El agua de la lavadora llenaba el suelo de media cocina. 
¡Rápido!¡Ayudadme! —gritó¡¿Que es esta riada?! Geitó nuestro protagonista mientras buscaba el cubo y la fragona.Nomedigasquesehanrotolastuberíasaversiahoravanatenerquevenirlosbomberosaarreglarlo
conlotranquilosqueestábamoscómohaocurridoestoycómovamosaarreglarlosinadiehatocadonada
silascañeríasestánpicadasavercómosearregla... —Balbució Doña Marta Palacios.De momento traed papeles para que absorvan, periódicos o lo que sea —senteció Juan Gordal.
 
 Pasado el primer momento de tensión, la familia observó que por fortuna aquella fuga no venía
 de las cañerías sino de la lavadora. Juan Gordal, que parecía ser el que más dominaba la situación,
 recogió con relativa facilidad aquella riada y Carolina Gordal abrió la tapa de la lavadora. Lo que 
vio sorprendió a toda la familia: ninguno entendía cómo pero el tambor de la lavadora estaba 
completamente abollado. Lo que había pasado es que de alguna manera una de las compuertas
 interiores se había abierto en pleno lavado, con lo cuál todo dentro de la máquina había estallado.
¡Joder! Pues nos hemos quedado sin lavadora —dijo Juan Gordal.Buenohijomuchomejorestoquenolascañeríasgraciasporloquehashechoyporhaberrecogidotodo
yometemíalopeoralosbomberosaquíynosotrosfuerasinpoderusarelaguayteniendoquecambiartodala
instalación... —comentaba aliviada Doña Marta.¿Y tú qué haces ahí petrificado? —preguntó Carolina a Fran.Es solo que... nunca había visto... nada parecido...—explicaba nuestro protagonista sin acabar 
de comprender cómo había podido pasar eso.Bueno, lo principal es que habrá que traer otra. Vaya sablazo —aseveró Juan.Pues con lo que podría haber pasado poco es. Al menos se ha quedado todo dentro de la
 carcasa de la lavadora —añadió Fran todavía con el asombro en la cara mientras sacaba pedazos 
del tambor de la lavadora con las manos. 


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