jueves, 29 de junio de 2023

Lecturas nocturnas y sus riesgos

 

 

¿Todavía estás despierto,
Fran? ¿Qué pasa con esa 
jornada intensiva de
 curro que tienes 
mañana?⸺preguntó 
Juan Gordal a nuestro
 protagonista a una
 hora de la noche ya bastante
 respetable.Es que quiero dejarme leído este tebeo, que llevo con él varios días y no había 
forma de leerlo.Tú sabrás, pero mañana, con o sin tebeo vas a tener que pasarte el día haciendo tareas y 
no te va a ayudar en no dormir.Que yo controlo,  Juan.

Nuestro protagonista sabía que era más tarde de lo habitual, pero aquel integral llevaba varios
días en su lista de deseos y sólo aquella noche tras la cena y la limpieza de cacharros había
tenido un momento libre. La verdad es que últimamente le ocurrían bastante a menudo cosas así.
Aventuras de superhéroes, de detectives, de marineros... Al día siguiente, normalmente, en caso
de haber dormido mal se echaba una siesta y todo arreglado. Pero en aquella ocasión sabía que
tenía un trabajo acumulado de varios días pendiente. Y estaba decidido a llegar como sea al
final de aquella aventura de samurais. Al cabo de un rato se dio cuenta de que en algún momento
había perdido el hilo del cómic y tuvo que retroceder a ver de dónde salía un determinado
personaje. Tras mucho buscarlo vio el reloj y eran las dos de la madrugada. De golpe se dio
cuenta de que había pagado un precio demasiado alto por leer un cómic más. Hizo la cama lo
más rápido que pudo y se acostó lamentándose mil veces.

¡Joder! ¡He actuado como un puto yonqui!No hagas ruido, Fran. Este pollo se lo montas mañana a tu jefe explicándole esa historia 
⸺le gritó desde su cuarto Juan.
 

Se dio cuenta además de que en aquel plan ni había llegado a la mitad del cómic y se había enterado
muy poco de lo leído.

No he disfrutado, ni voy a rendir, no me he enterado... Vaya gilipollez.Al menos deja dormir al resto, Fran ⸺repitió Juan.

Nuestro héroe se percató de que ni siquiera podía protestar a aquellas horas. Pero el hecho de
maldecir y quejarse en silencio todavía le robó más sueño. Sí, aquella vez debía ser la última que
le pasara aquello.


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