—¡Joder! —exclamó
nuestro
protagonista al leer
el segundo volumen
de The Acme Novelty
Library—.
Y a este tío, ¿cómo lo
dejan seguir haciendo
cómics y se los editan? —Tiene muchísima personalidad, Fran. Mira esos dibujos y esa organización de las páginas...—le
explicó Juan Gordal —Es el David Lynch del cómic —respondió Fran.Chris Ware era un personaje popular en el mundo de la historieta. Conocido era por varias
excentricidades, entre las que no era la menor no tener ni televisión. Había desarrollado
un peculiar estilo de viñetas y organización de las páginas de sus historietas que había
recibido muchas alabanzas del medio. Aseguraban él y varios de sus seguidores que se
inspiraba en los comics de principios del siglo XX. Sin embargo Fran encontraba que todo
eso no servía de nada sin una hilazón de las historias ni nada que contar.
—Pues se queda ahí con los del tebeo de las tostadoras, la Possy Simmonds... No pienso volver a leer
nada de este tío —concluyó Fran. —Stray Toasters es lo de las tostadoras. Y tranquilo que yo ya tengo todo lo de Chris Ware que quiero.
No hace falta que me lo digas. —Cojonudo, pero es que aunque traigas otro no me lo pienso leer. Que quede claro. —Bueno, empezaré con comics experimentales británicos, que ya he visto que te van. —Los experimentos con gaseosa. ¡Habiendo cosas como Nevada, que es una serie que promete ser
magnífica en comics. —No se te puede sacar de lo típico. —Que leas tú os tebeos que quieras, yo quiero ver cosas buenas. Tebeos, no experimentos.
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