―Pues yo no entiendo
cómo Juan ha tragado
con eso. Te aseguro
que a mí en mi día
libre no
me hacen volver
a currar ―comentó
nuestro protagonista
a Carolina Gordal ―Además se había levantado muy ilusionado con su día de descanso, pensando lo que iba
a hacer y cómo pasarlo ―añadió Carolina.
Juan Gordal iba a disfruta de dos días de descanso, pero sin embargo a las 11 de aquel día
le habían llamado diciendo que si podía cubrir una baja, que era necesario. Se había arreglado
y fue al mismo. Le habían prometido que le darían luego sus dos días libres, pero aun así
Fran y Carolina no entendían bien que aceptara.
―Yo les hubiera dicho que me pillaban fuera de Madrid ―comentó Carolina. ―Eso si no dices la verdad, que es tu día libre y que te lo han jodido.El caso es que cuando llegó Juan de aquel trabajo no parecía muy molesto. Una vez más
explicó que lo que pasaba es que ahora tendría dos días libres contando desde el siguiente,
tal como estaba pensado.
―Pero uno lo tiene ya preparado de un modo y te cambian todo lo que hubieras hecho. No se
puede consentir ―aseveró Fran. ―Bueno, es un trabajo y al final tengo los días. No pasa nada. ―Sólo espero que no te eches fama allí de que eres el que transige con estas cosas y ahora te
empiecen a cargar todo. ―No vas a heredar la empresa, Juan ―le dijo Carolina. ―Bueno, mira, ahora lo que voy a hacer es planificar mi descanso, que doblemente me lo he ganado. ―Si no te lo joden ―sentenció nuestro protagonista.