Nuestro protagonista volvía a comprobar lo bien que se siente uno al haber cumplido
sus obligaciones diarias cuando no queda más que relajarse y mirar las noticias en
el móvil o similares. Estaba tranquilamente gozando de la clasificación de la Champions
League, hasta que le sobrevino un acceso de tos. Fue un poco fuerte, pero rápido hasta
qué... ¿Qué era aquello que teñía de puntitos rojos la pantalla del móvil? ¿Había
tosido sangre? Nuestro protagonista se alarmó pensando en acudir al médico, en las
implicaciones que podía tener aquello, en la gravedad de su estado... Hasta que el
banner que cubría la pantalla del móvil cambió y Fran vio que aquellos puntos rojos
no eran sino el diseño del fondo de aquel anuncio. Respiró aliviado.
—Te rayas mucho tú sólo, Fran —le dijo Juan Gordal cuando le explicó el caso—. Incluso
en la peor de las situaciones, yo a veces he tosido con sangre y no fue más que una irritación
que el médico me trató. —Pero siempre será mejor no toser sangre. Ese banner me las hizo pasar putas. —Tú lo que tienes que hacer es centrarte en el trabajo y dejar de preocuparte por cosas que
no existen. —Joder, en cuanto vi que era el banner ya me olvidé y pasé. —Sí, y por eso has venido a contármelo.Fran se irritó cuando su hermano le hizo aquellas observaciones, pero era cierto que quizás
alarmarse por un simple banner del móvil demostraba un estado sensible a ciertas cosas. Pero
lo importante es que su móvil y la Champions seguían allí, y esperaba poder verlas por
mucho tiempo más. Cuando aquella otra noche volvió a relajarse con aquella actividad pensó
en lo rápido que puede irse todo al traste en un momento.
—Que sigan saliendo banners —pensó para sí—, que yo estoy muy contento de esta guisa.
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