Nuestro protagonista
pensaba qué iba a
preparar aquel día
entre todo lo que
tenía en la
nevera para la
comida de
varios días: tenía
albóndigas, varios pescados, algunos congelados, huevos... Al final se decidió por hacer
un estofado y lo tenía preparado cuando llegó Juan Gordal.
—Pues te lo agradezco, Fran, pero he quedado a comer con Coralia—dijo el mayor de los
hermanos al entrar. —Bueno, pues no pasa nada. Comeremos Cárol y yo y tú lo cenarás si acaso.
Nuestro protagonista pensaba en cómo dar salida a aquel guisote mientras tomaba su ración.
Incluso después de que Carolina comiera su parte iba a quedar bastante para guardar. Por fin
llegó Carolina y Fran le sirvió.
—Te lo agradezco mucho, Fran, pero es que he estado en casa de Rafael y me sirvió estofado
también. Me voy a hacer unos huevos. Fran en seguida se dio cuenta de algo más: —Y para la noche tampoco querrás ¿verdad? —Pues no, lo siento mucho, pero es que de verdad que me sale el estofado por las orejas.Nuestro protagonista empezó a descongelar unos pescados para hacer para la noche, pero
no dejó de pensar en que él y Juan darían algo de salida a aquella comida.
—Buf, yo he comido mucho con la Coralia, Fran. Creo que no cenaré nada.Aquí nuestro protagonista se dio cuenta de que sólo él iba a tomar ese estofado. Si sus
hermanos se habían hastado en una comida, él no podía tirar esa cantidad que quedaba
en la olla. Pues se me va a poner cara de ternera, pensó para sí Fran. Y luego quedarán
huevos, pescados, congelados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario