Nuestro protagonista las veía con gusto. La naranja, una de sus frutas favoritas, no se daba mucho en
verano. Sin embargo, Doña Marta Palacios había encontrado y traído una bolsa con unas naranjas de
enorme tamaño. Así que nuestro protagonista, que solía desayunar fruta se echó sobre ellas y...
comprendió por qué no se traen frutas fuera de época. En pleno siglo XXI hemos logrado producir en
cualquier época, sí. Pero aquellas naranjas no tenían sabor alguno. Ni comparación con las que llegaban
a partir de octubre. Las había pedido porque Doña Marta le preguntó qué fruta quería, pero ahora se
había encontrado con eso. Habiendo melocotones, nectarinas, paraguayas, frutas muy apetecibles, optó
obcecado por la peor opción. No volvería a hacerlo, se dijo y pensó en olvidarlo. Sin embargo, aquella
tarde Doña Marta llegó del Mercado como solía, trayendo varias bolsas más:
-Holahijoaquítraigonaranjasquepedistemehacostadoencontrarlasperolastendrássiempreyanopienso
dejardetraerlasmealegrasaberlafrutaquetegustaporquenotomabasjamásyyonosabíaquehaceraversiahora
puedesdecirmequelegustaatuhermanoporqueconélnohaymanera...
-Mamá, precisamente estaba pensando.
-Sísínotepreocupesquelastendrássiempreestoycontentísimayahoravoya...
Fran se dio cuenta del error fatal que había cometido, ya que conocía a Doña Marta y una vez que se le
metía en la cabeza el chip de una comida la traería siempre. Y ahora, ¿cómo le explicaría el error. Desde
lugo Doña Marta no pensaba para:
-Estoyfelizconlodelasnaranjasfeliztetraerékilosdeellasparaquetengasfrutasiempreporquelanecesitasyyo
estoydispuestayahoravamosaveraJuanqueletraigoporquenosécómoacertarconél...
No hay comentarios:
Publicar un comentario