miércoles, 12 de agosto de 2015

El trabajador de verano no tiene bula para lo que crea conveniente.

-Bueno, ya tenía ganas de tomarme un gazpacho -dijo nuestro protagonista cuando probó la obra de Doña Marta Palacios y Juan Gordal-. Está muy bueno, me alegro de que nos hayan devuelto la batidora.
-En realidad -explicó Doña Marta-, no nos la han arreglado. He gastado más dinero en otra.

 Esto sorprendió a nuestro protagonista, que había visto a su madre comprar dos batidoras en menos de un mes. La primera se rompió justo en la época de verano, en la que más se usaba para elaborar gazpachos, salsas y purés, después de llevar sólo cinco días en casa. Doña Marta la llevó al servicio de reparación donde se la habían quedado, pero por lo visto, no la habían arreglado.

 -¿Y hay derecho a eso? ¿Cuánto hemos gastado en la cochina batidora? ¿150 euros? Porque calro, la primera era con toda la prafernalia y costaría no menos de 90.
 -Algo menos, unos 147. Pero ya sabes en verano cómo funcionan estas cosas.
 -Pues no puede ser. A mí también me jode quedarme en Madrid sin vacaciones, pero si tuviese un trabajo procuraría ser profesional y hacerlo bien. Y no es la primera vez que me pasa. Que ya está bien, aquí al que no puede salir a la playa, encima lo putean. Le hacen perder tiempo y dinero.
 -Bueno, ellos me dijeron que me llamarían cuando la tuvieran, y di tu teléfono.
 -Espero que al menos no les pagases por hacer las coss tarde y mal. Ya te han hecho gastar más y tener más de una batidora.
 -Al menos, tenemos gazpacho.
 -Pero al año que viene no me vuelven a pillar aquí.

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