miércoles, 18 de mayo de 2016

Una sensación muy poco agradable.

-Bueno, cariño, tú vienes y me ves. Si no te gusto, ya sabes -decía aquel travelo que nuestro protagonista encontró prostituyéndose en una esquina de la ciudad.
¡Como si hiciese falta tanta comprobación! Pensaba para sí nuestro héroe. En serio, alguien habría que aceptase tal trato, pero a nuestro protagonista no le cabía en la cabeza. Todo el mundo tiene claro lo que le va y lo que no en cuestiones sexuales. Aquel individuo jamás haría negocio con nuestro protagonista, no le iban ni la prostitución ni la homosexualidad. Pero lo que estaba proponiendo el transexual a su interlocutor, un hombre de mediana edad con una incipiente barba blanca, parecía despertar su interés:

-Bueno, yo nunca he hecho esto, pero ya voy teniendo mis años y...

Fran entonces cayó en la cuenta. Aquel viejuno entrando ya en la edad provecta, probablemente había pasado toda su vida ocultando sus gustos. Quizás la presión social y los hábitos homofóbicos de la sociedad española hasta hacía poco le hubiesen tenido buena parte de una vida que ya se aproximaba a la vejez reprimido y escondido. Y entonces nuestro protagonista tuvo un sentimiento muy extraño. Pese al rechazo casi visceral que le producía la prostitución, y el hecho de que encima fuese en una tendencia sexual distinta a la suya, lo que reforzaba su repugnancia sintió cierta lástima por esos dos personajes. En el caso del travelo, por estar condenado a ejercer tal profesión. En el del anciano, por haberle reprimido tanto tiempo. Y además, pensando que quizás la prostitución, todo tipo de prostitución, tiene gran parte de su base en una conducta cerril que empuja de modo forzado a mucha gante cosas que normalmente no harían. Esto lo hbía escuchado muchas veces en programas y charlas sobre los problemas del tercer mundo. Pero ahora estaba ante sus ojos, en vivo, en su propia ciudad. Por primera vez en mucho tiempo sintió que sí que quizás los que afirman que problemas sobre tolerancia y sociedad que vemos muy lejanos están a la vuelta de la esquina. Y era una sensación muy poco agradable.


No hay comentarios:

Publicar un comentario