miércoles, 4 de mayo de 2016

Por nuestros mayores y por nosotros.

42 años duraba aquella historia. En 1974, el Atlético de Madrid llegaba a la final de la actual Champions League, entonces Copa de Europa. El rival era el gran Bayern de los años 70, uno de esos equipazos legendarios que todos tienen en la cabeza. El Atlético logró plantarles cara, incluso tener ganado el partido hasta el último minuto de la prórroga, pero un gol del defensa Hans Georg Schwarzenbeck forzó a deshora el empate, y todos saben que en el nuevo partido que se jugó (entonces no existían los penaltys) los alemanes fueron muy superiores. Aquella desgraciada final había creado el estereotipo de que el Atlético de Madrid era el pupas, y durante muchos años fue una losa para muchas generaciones de aficionados rojiblancos. Nuestro protagonista mismo no había nacido entonces, pero había oído en múltiples ocasiones a su padre hablar y lamentar aquella final perdida, sobre todo por la gran admiración de Don Luis Gordal a varios jugadores de aquel Bayern, singularmente Gerd Torpedo Müller, “el delantero total.”

Por ello cuando 42 años más tarde, el Atlético y el Bayen volvieron a cruzarse en la competición, no era extraño que muchos lo viesen como una revancha tardía. El club promocionó aquel cruce de semifinales con el slogan “Por nuestros mayores.” Fran encontraba esa idea entrañable y buena, pero tenía otras cosas en mente.

-Entonces, ¿no te apetece la revancha, Fran? -preguntaban en su familia.
-Claro que me apetece, pero yo tengo otra revancha en mente.

Los días previos a los dos partidos no dejaba de repetirse que el Bayern de nuevo era favorito a todo, pero como siempre, el Cholo Simeone, el jugador y ahora entrenador que había dado la vuelta al Atlético en los últimos años, que había convertido a un equipo que cogió cuarto por la cola en la liga en un club multicampeón, decía que con humildad y trabajo se los podía superar, idea que se engrandeció tras el partido de ida, que el Atlético ganó uno a cero con un golazo de Saul Ñiguez, 


 y donde aguantó muy bien el terrible ataque de los alemanes en la segunda parte. La primera parte de la hazaña estaba hecha, pero quedaba un partido de vuelta muy duro en Munich. Nuestro protagonista no dejaba de decirlo:

-Cuidado con Munich, que es un campo muy jodido.
-La revancha de los mayores aún no se ha conseguido ¿verdad?

Además ocurrió una cosa muy fea que cargaba aún más el partido de vuelta: resultaba que los clubes señoritos de toda Europa, incluyendo al mismo Bayern, no veían con buenos ojos que el Atleti pudiese llegar a hacerles frente. Diversas personalidades ligadas al Barça, a los grandes clubes italianos y a otros empezaron una absurda campaña mediática contra el fútbol del Atlético de Madrid tachándolo de defensivo, feo, aburrido, etc. Un ex jugador del Bayern, Karl Heinz Rummenigge, había llegado a cargar contra el formato de competición “porque clubes como el Atlético siguen adelante y la Juve está fuera.”

-¡¿Pero cómo tienen cojones de decir eso?! -se preguntaba nuestro protagonista-. ¡Anda que los italianos se han caracterizado por su juego preciosista y vistoso!
-Es todo clasismo, Fran, a los clubes señoritos no les mola ver a otro en su cortijo -le respondió Juan.
-Eso hará más grande nuestra victoria.
-¿Por los mayores?
-Sí, pero tengo otra cosa en mente.

Y así ocurrió que en el partido de vuelta, el Bayern salió en tromba y logró adelantarse. Todo parecía indicar que el Atlético recibiría un terrible golpe en su moral, ya que al descanso los alemanes iban ganando y habían dominado de cabo a rabo. Incluso habían dispuesto de un penalty a favor bien parado por Oblak, el excelente portero esloveno del Atlético de Madrid. Pero los cambios del Cholo lograron que el equipo tuviese más posesión de pelota y disfrutase de alguna ocasión a la contra y en una de ellas, Antoine Griezmann empató el partido. Un gol posterior del Bayern sirvió para dar la dosis de sufrimiento necesaria al pase. 



-Joder, la última media hora ha sido terrible para mí -dijo Fran
-No exageres, que ya estáis en la final. Tampoco ha sido para tanto.

Sin embargo, nuestro protagonista había llegado a ver al Atleti eliminado, y los alemanes no encajaron bien la derrota. Rummenigge, el mismo que se quejaba del sistema de competición, ahora decía que se sentía estafado por el árbitro, y Arturo Vidal, jugador chileno del Bayern, decía que en modo alguno había pasado el mejor. Las causas de sus quejas eran un posible fuera de juego en el gol de Griezmann y un inexistente penalty que se pitó a favor del Atleti.

-Pues que se jodan, el gol no hay manera de ver claro si es ilegal, y el penalty se ha fallado, así que no lloriqueen. Ya estamos en la final.
-Y habéis dado la revancha a los mayores.
-¡Y dale con eso! A mí no me preocupa.
-Bueno, pues ahora que ya habéis pasado dí qué es lo que tienes en mente.
-Pues no sé si te acuerdas -dijo Fran poniendo tono de hablar de una cosa evidente-, que hace dos años llegamos a la final. Y como con ellos, un gol a deshora de un defensa nos privó de la copa después de haber sido mejores y habernos adelantado.
-¡Es verdad! Hay que ver, dos finales en tres años, cuando entre la del Bayern y la del Madrid pasaron exactamente 40. De modo que tú quieres la revancha pero con el Madrid.
-Me da igual ganársela al Madrid o a cualquier otro, pero esta hay que ganarla. Por todos los que han seguido al Atleti. Que pasen el Madrid o el City, pero que no volvamos a perder de esa forma.

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