-Bueno, es que abandonamos la rutina
durante demasiado tiempo.
Los dos hermanos habían decidido
retomar aquella tabla de ejercicios que tan enforma los había puesto
no hace tanto y habían empezado con ilusión. Pero solo hacían una
serie de fondos, nada de abdominales carrerita... Sin duda era
necesario ir poco a poco, pero nuestro héroe estaba preocupado sobre
todo por una cosa:
-Con los brazos que se me pusieron y
no hacemos nada de pesas.
-Bueno, que vas cargado todos los días
con un montón de kilos de más ¿eh?
-Pero me voy a poner débil.
-No te preocupes por eso que un tío
de tu tamaño débil nunca va a ser.
Entonces Diez fue a husmear el cristal
de un gimnasio y los dos hermanos notaron algo: dentro del mismo, un
hombre de muy baja estatura y muy delgado intentaba con dificultades
hacer una serie con unas mancuernas enormes para él. Fran vio
entonces muy claro lo que él y su hermano debían hacer:
-¿Y ese puede y noosotos no? -dijo
nuestro héroe
-Bueno, que sólo ha hecho tres
repeticiones.
-Pero las hace. Nosotros no hacemos
nada.
-Fran, tranquilo, que te garantizo que
más débil que ése no te vs a poner.
-Pues yo quiero hacer pesas.
-Que las harás, tú confía en mí.
Fran en efecto tenía esperanza y
confinza en su hermano y sus planes sobre todo porque ya habían dado
un tremendo resultado en una ocasión. Pero no podía dejar de pensar
en aquel hombrecillo. ¿Llegaría el día en que ese enano pudiera
con él?
No hay comentarios:
Publicar un comentario