lunes, 9 de octubre de 2017

El pequeño haltera.

-Pues está bien que nos pongamos a hacer los ejercicios, pero la verdad es que aún no hacemos ni la mitad de lo que hacíamos -dijo nuestro protagonista a Juan Gordal.
-Bueno, es que abandonamos la rutina durante demasiado tiempo.

Los dos hermanos habían decidido retomar aquella tabla de ejercicios que tan enforma los había puesto no hace tanto y habían empezado con ilusión. Pero solo hacían una serie de fondos, nada de abdominales carrerita... Sin duda era necesario ir poco a poco, pero nuestro héroe estaba preocupado sobre todo por una cosa:

-Con los brazos que se me pusieron y no hacemos nada de pesas.
-Bueno, que vas cargado todos los días con un montón de kilos de más ¿eh?
-Pero me voy a poner débil.
-No te preocupes por eso que un tío de tu tamaño débil nunca va a ser.

Entonces Diez fue a husmear el cristal de un gimnasio y los dos hermanos notaron algo: dentro del mismo, un hombre de muy baja estatura y muy delgado intentaba con dificultades hacer una serie con unas mancuernas enormes para él. Fran vio entonces muy claro lo que él y su hermano debían hacer:

-¿Y ese puede y noosotos no? -dijo nuestro héroe
-Bueno, que sólo ha hecho tres repeticiones.
-Pero las hace. Nosotros no hacemos nada.
-Fran, tranquilo, que te garantizo que más débil que ése no te vs a poner.
-Pues yo quiero hacer pesas.
-Que las harás, tú confía en mí.

Fran en efecto tenía esperanza y confinza en su hermano y sus planes sobre todo porque ya habían dado un tremendo resultado en una ocasión. Pero no podía dejar de pensar en aquel hombrecillo. ¿Llegaría el día en que ese enano pudiera con él?


No hay comentarios:

Publicar un comentario