-Bueno, he descubierto la productora
Canon y estoy viendo la serie B de esa época...
-Y luego os cabreáis cuando yo veo en
el ordenador los estrenos.
-Hombre, Juan, lo que nos cabrea, como
tú dices, es que monopolices el ordenador.
-Es que parece que de golpe ya no os
interesa nada de lo que pasa ahora. Mamá tambi´`en va ahora al
teatro a la zarzuela...
-Juan, me parece raro que precisamente
tú digas eso. Que el cine y los espectáculos hayan avanzado no
quiere decir que se olvide todo lo anterior. Por ejemplo, cuando yo
veo por el ordenador partidos de los 60 es para conocer a los
jugadores de los que tanto hablan ahora. Y reconoce que la producción
cinematográfica actual no ayuda.
-En eso tienes razón. Llevamos sin ir
al cine de verdad un huevo.
-Y mamá tampoco tiene nada que le
interese...
Entonces, Doña Marta Palacios entró
por la puerta y formuló una proposición que parecía venir al tanto
de lo que hablaban los hermanos:
-Holahijotesqueréisveniraverelciclodecinedelapazhoyponenunatitulada"Sotabosc"deunnegrollegado
aCataluñabuscándoselavidaydecómolotratanesunasuertehaberdescubiertoestodelCineBellasArtes
estoyviendomuchaspelículasquedeotromodonovería...
Nuestros protagonistas recordaron las
películas que había visto Doña Marta: de paralíticos cerebrales,
de afectados por catástrofes naturales, de náufragos... Todas
ellas, además, rodadas con pocas palabras y de forma lenta y
aburrida. La respuesta parecía obvia:
-Bueno, mamá... -dijo nuestro
protagonista- es que yo tengo ahora Yo el halcón...
-Ayhijoesolotienesahisiempreventeahoraaverestonohabráotromomentonuncavenísconmigoyestabais
hablandodequequeríaisvercosasparaunavezqueosloofrezcovenidaunqueseaunavezqueestecinetiene
cosasmuyparticulares...
-¿Pero es que se ha acabado el cine
normal? -aulló, casi, desesperado Juan.
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