miércoles, 17 de octubre de 2018

El bikini de Atocha.

Fran y Juan Gordal iban por Atocha, hablando de que la ciudad parecía más limpia últimamente. En los últimos tiempos habían cambiado el pavimento, y la zona de Atocha, al menos la pegada a la estación casi nunca presentaba papeles o basura. Pero de pronto, ambos encontraron algo sumamente inusual:

-¿Eso es un bikini? -dijo nuestro protagonista señalando al suelo.

En efecto, una braga y un sujetador con evidentes adornos y colores playeros yacían abandonados en el suelo de la plaza.

-Qué raro, eso no es algo que uno pierda, no se lleva por ahí al aire expuesto a la caída.
-Bueno, déjalo que mirando esto de esta forma hacemos muy mal efecto.
-Pero me sé de una que va a tener que aficionarse al nudismo.

Los dos hermanos reemprendieron su ruta y pronto vieron a dos chicas interesarse en el mismo.

-¿No me digas que se lo van a quedar? Mira que intercambiarse eso no es recomendable.
-No, parece que lo devuelven a su sitio.
-Pues yo algo así que me encontrara tirado ni lo tocaría
-Bueno, la verdad es que encontrar algo así en la calle es inusual, pero no creo que tampoco de para el mitin y observación que estamos dando -dijo nuestro protagonita-
-Pues sí tienes razón.

Pero cuando los dos hermanos reanudaron su camino, el bikini parecía empeñado en seguirlos. En concreto un perro había cogido una de sus partes y escapaba calle arriba. Su dueña le gritaba que parase y que si no le daba vergüenza, que dónde habría estado aquello...

-La verdad no sé por qué lo tiraríanm. Ha dado más juego en menos tiempo del que he visto dar a muchos otros objetos en días.
-Su dueña lo echará de menos, sí -dijo Fran.

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