—
Joder, es un cambio que hay que experimentarlo —
musitó.
—
Es que los pies nos sustentan, cualquier cosa con los zapatos es muy
molesta —
le respondió Juan Gordal.
—
Pues será, pero hoy, yo que soy bien adulto he entendido esa frase
de como un niño conzapatos nuevos.
— Parece que te hubieras comprado un
tebeo nuevo muy buscado.
— Hasta
me apetece ponerme a hacer ejercicios.
— Hoy no
toca.
— Bueno,
pues voy a barrer.
Nuestro protagonista limpió toda la casa, fregó los platos, ordenó
las estanterías... Cuando le llamó su hermano para traer unas
compras tenía ganas de volver a la calle, y ayudó a escoger toda
la comida otros enseres.
— Pareces
mamá cuando vuelve de una misa. A ver si esas botas van a estar
dopadas.
— No, es
que estoy muy cómodo y muy bien. Por cierto, ya que hablas de mamá,
creo que se ha ido a un acto de esos a los que va ella con el cura de
la parroquia a favor de la cultura cristiana o no se qué.
— O sea,
que el uno con las zapatillas y la otra con las hostias hoy me vais a
tener fino.
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