sábado, 1 de octubre de 2022

La temporada de carteles luminosos

 


Fran andaba por la calle resuelto a solucionar unos cuantos problemas en su casa en su
día libre cuando observó una extraña confirmación de la obviedad de que no todo el mundo
tenía aquel día libre: un electricista estaba cambiando el letrero luminoso de aquel
establecimiento bancario. A Fran le sorprendió lo precario de su situación, en una
altura desde la cuál, en caso de caer, seguramente no se mataría pero sí podría
seguramente sufrir algún daño. El operario estaba en un equilibrio muy precario en los
últimos escalones de una escalera de mano estirando pies y espalda para llegar al cartel
que cambiaba, todo ello con cuidado de manejar y mover herramientas, materiales, etc.
Según todos los cursos de prevención laboral que Fran había visto debía llevar algún
arnés o protección, pero no era asunto suyo. Él tenía que resolver sus problemas, y así
llegó a la tienda de pinturas. Al llegar a esta observó que era mal momento para entrar:
otro operario en la entrada estaba también cambiándoles el letrero. La escalera estaba
próxima a la puerta de entrada y cualquier paso por aquella zona sería difícil sin mover
al operario.

Serán unos diez minutos, chaval. Ve a hacer otras cosas y seguro que cuando vuelvas he acabado.De acuerdo, tenga cuidado que no me gusta verle en esas condiciones en la escalera —dijo Fran 
con una extraña alegría de que aún alguien le llamara chaval.


Fran pensó qué más debía hacer. Se dirigió a sacar unas fotocopias de unos documentos que debía
entregar en el trabajo al día siguiente. Al llegar a la tienda de reprografía observó cómo allí también
habían cambiado el cartel.

Si llegas dos minutos antes igual no podías pasar —le dijo el encargado cuando Fran le preguntó
 al respecto.

Fran, después de las fotocopias, fue al supermercado y se pilló una bebida fría antes de ir a por la
brocha y las pinturas... ¡Y también estaban cambiando el letrero! Se preguntó nuestro protagonista
si habría cambiado la normativa sobre luminosos o algo así, no era normal. En todo caso, se dijo,
al siguiente que vea trabajar en eso, le voy a decir que se queje de las medidas de protección.
Cualquier trabajador en precario es un problema para todos los que nos ganamos el pan.



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