—¡¿Pero qué haces?!¡¿Cómo se te ocurre
volver a lavar?! —dijo
Carolina hecha una furia.
Fran, sorprendido porla fuera de la reacción de
Carolina se quedó un rato absorto. Luego procedió a explicarle lo que creía obvio:
—Todos los días se cambia uno de ropa.
—¡Se cambia de camisa y calzones, no hecha a lavar pantalones y jerseys! Todo lo que hay siempre
en el cajón de lavar es tuyo.
Fran se quedó un minuto en blanco digiriendo aquella información. Había llevado aquellos
pantalones y jerseys más tiempo del que quería. Pero Carolina le acusaba de hacerlo cada día.
Aún más sorprendido se quedó cuando intervino Juan Gordal: —Fran, lo que haces con la lavadora es una locura. Encima echarás a lavar también las sábanas y
el pijama. —¡Coño! Lo hago cada cuatro días! —Hijoyonoséquehacesperoesosiemprelotienesocupadonohaymaneradequeyoechealavarlomíotú dimequiéncambialassábanascadacuatrodíastodoloquehacesesgastaraguaycoparnoslalavadoraaver sitequitaslamanía...—se sumó Doña Marta Palacios. —Fran, te lo decimos todos, será por algo —concluyó Carolina.Ante esta avalancha Fran tuvo que desistir de su idea. Pero se preguntaba cómo era posible que
su familia le afeara el preocuparse de su ropa. Más aún acusándole de lo que no había hecho,
cambiarse de jersey cada día. ¿Tendré que llevar un registro?, se preguntaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario