lunes, 18 de diciembre de 2023

El enjambre

 

 

Bueno, voy un
momento al 
baño, Juan 
—dijo nuestro 
protagonista.De acuerdo, 
este local en general me ha gustado. A ver qué tal los baños, que siempre suelen ser lo más chungo.

Nuestro protagonista preguntó al chico de la barra y se dirigió por el corto pasillo que éste le mostró
viendo que de camino todo seguía respondiendo a la idea general que se habían hecho del local ambos
hermanos. Las baldosas estaban limpias, no había manchas en las paredes y la puerta del servicio
parecía bastante decente. La abrió y... Aquel servicio le produjo una estraña impresión. La verdad es
que el marmol blanco del lababo y del retrete estaba limpio, incluso reluciente. En el espejo todo
estaba reluciente. La luz era agradable. No había nungún resto de suciedad ni de basura pero... Aquel
extraño enjambre de moscas era muy llamativo. Los insectos, en gran cantidad, revoloteaban por
el aire de aquel reservado y formaban una estraña nube que parecía hasta difícil de cruzar. Nuestro
protagonista observaba, porque también tenían un efecto casi hipnótico. De pronto oyó que su
hermano le llamaba:

Fran, ¿pasa algo? Llevas aquí mucho tiempo —gritó Juan desde el otro lado de la puerta.No, Juan, en seguida salgo, que aún no hehecho nada.Pues mea de una vez y vámonos.

Nuestro protagonista espantó a los dípteros y realizó el acto que había ido a realizar a aquella
estancia. Luego se dirigió a la puerta y aún siguió observando los dibujos que aquellas criaturas
volantes.

¿Pero puedes decirme qué te ha ocurrido?Nada, he sido atacado por una manada de animales —respondió nuestro protagonista.¡No jodas! Pero si parecía todo muy limpito, ¿no?
 

Nuestro protagonista se alejó del lugar pensando qué podría atraer a esas moscas, porque
efectivamente todo parecía limpio y reluciente. ¿Las atraería el brillo?



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