jueves, 7 de diciembre de 2023

Hongos no comestibles

 

 

Muchasgracias
hijosporcambiar
estoperotampoco
corríaprisas
vamosa
aguantarasí
unpocomásaver
ahoraporquéos
molestáis
cuandoademás
ennavidadvamo
saadornartodala
casaycambiar
esemantelpero
buenooshabéisadelantado...―decía Doña Marta Palacios mientras Carolina Gordal desplegaba el 
nuevo mantel que había traído de la tienda de la esquina.Lleva mucho tiempo allí sin que lo movamos, mamá, ahora me ayudará Fran a poner el nuevo respondió Carolina.

Nuestro héroe escuchaba a sus dos parientes femeninos discutir sobre la conveniencia o no de
cambiar el recubrimiento de la mesa mientras pensaba dónde pondría la jarra, la maceta y demás
enseres que estaban encima de la misma. Cuando acabó cogió en las manos la compra de Carolina:

Joder, Cárol, ya que haces la tarea podrías haber traído un mantel un poco más oscuro, este se va 
a manchar en cuestión de dos días.De momento el que está hecho una mierda es el antiguo. Ayúdame a cambiarlo.

Nuestro protagonista obedeció. Para ser sinceros era cierto que el anterior mantel necesitaba un
lavado o quizás incluso la jubilación. Fran se preguntaba cómo se habían podido olvidar así de algo
que estaba tan a la vista y, cuando levantó el viejo recubrimiento lo que descubrió fue todavía peor.

¡¿Pero no me jodas que había bajo la mesa todo ese moho?! ―gritó Carolina.

Fran observó espantado las manchas oscuras de la mesa sin acertar muy bien a decir nada. ¿Había
estado de verdad la familia criando ese cultivo de hongos sin darse cuenta?

Bueno, si queremos champiñones o setas a este paso hubiéramos podido cogerlos directos de aquí.Pues fíjate si no se me llega a ocurrir hoy esto ―exclamó Cárol.Sí, bueno. Espérate que voy a limpiar la mesa. O desbrozarla más bien ―dijo Fran avergonzado y
haciéndose cruces sobre la dejadez que toda la familia había cometido, mientras se prometía a sí
 mismo que no volvería a permitir algo así. 


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