miércoles, 20 de diciembre de 2023

La superstición de la jarra de té

 


Tencuidado
echandoeso
quetevaa
salpicary
elniñose
pondrá
debajoyle
vaacaer
quesiempre
meda
muchomiedo
quetedesfigurelacaraqueesosalpicacuandoloechasynopuedodejardepensarlomiraque
sisetequedalacaracomoFreddyKruegger... —peroraba Doña Marta Palacios.

Fran, Juan y Carolina siempre se asombraban y se reían de ese extraño temor de la matriarca de la
familia cuando Juan servía el te y las infusiones que preparaba en la jarra que se había comprado
hacía unos dos meses para tal propósito. Mil veces habían intentado explicarle a Doña Marta lo
mismo:

Mamá, el agua no salta, nadie me la va a echar por la cara —decía miles de veces juan Gordal
 cada vez que la servía.Yohevistoqueesosalpicacuandoloechasymedaunmiedotremendoqueseráinfundadoperosiempre
creoquetevaacaerencimaesoesporlajarraesaquehascompradoquesalpicacomoningunayestácaliente
ytevaahacerdaño...Es una simple jarra, mamá, no puede hacer ni bien ni mal —intervino nuestro protagonista.Túaléjatequetelavasaecharencimamiraquesiempredigoquenoladejenahíquesevaadañarelniñopero
nomehacencasohastaqueundíapasenlascosasquecadavezquelaveosufroymellevounosdisgustost
tremendos...Mamá, ya tengo una edad y no lo voy a tocar. No soy un crío. ¿Por qué no te bebes el té y dejas
 de decir tonterías.

Doña Marta aún soltó unas pocas más de sus peroratas catastrofistas, pero efectivamente, como
siempre en cuanto probaba la infusión todo se pasaba:

Laverdadesqueestábuenísimoesajarraesmiyraraporquénopodrásolohacereltéquesientamuybien
despuésdecomeresjustoloqueapetecemuchasgraciasporélhijoslaverdadesquesoislosmejoreshijos
quepodríatener...Este cambio sí que es para atribuir poderes raros a esa jarra —sentenció nuestro protagonista. 


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