sábado, 15 de junio de 2024

Un problema inaplazable

 


De nuevo volvió a sonar esa irritante musiquilla en los bolsillos de nuestro
protagonista. Otra vez tuvo que sacar el móvil y parar esa ventana emergente que
le bombardeaba con anuncios.

Hijoyporquénoloarreglasnopuedespasarte
todoeldíaasíluegomedicesamíquenocojoestos
aparatosytienesrazónporquemiraloquepasaque
nitúsabespararlosyademástedebeestarmolestandotodoeldíalobienqueestábamossinestas
molestias...—comenzó a decir Doña Marta Palacios.Pues porque la verdad, no tengo ni idea de cómo arreglar eso, pero vamos, prefiero esa 
musiquilla a estar incomunicado como tú —respondió Fran.Mamá tiene razón, Fran. ¿Pero tú no sabías de móviles tanto y vas a dejar que eso te siga
 molestando? —intervino Juan.No, pero de momento no sé cómo evitarlo. Bueno, parece que de momento puedo apañarme.


A lo largo de lo que quedó del día hasta la hora de acostarse, nuestro protagonista tuvo que
silenciar dos veces más el dispositivo, que siempre le ofrecía además el mismo anuncio de
casas de apuestas.

Es insostenible, Fran. Vas a tener que hacer algo porque si no te vas a volver loco —le previno JuanBueno, ya pensaré mañana cómo arreglarlo. Buenas noches —dijo nuestro protagonista y se
 fue a dormir.

Tras un periodo indeterminado de sueño, el móvil despertó a nuestro protagonista. Tocaba
levantarse, trabajar y encarar un nuevo día. Pero... ¡un momento! La música que sonaba no
era el tono despertador, sino el molesto anuncio de siempre. Nuestro protagonista miró la hora
y sólo eran las tres de la madrugada. Además, claro, su familia empezó a recriminarle.

Perocómoseteocurrehijoteneresoasíaestashorasnotedascuentadequetodosestamosdurmiendoyque
esunsobresaltomuygrandeademásdequitarteatíelsueñomiraquédesastrequenoshaslevantadoatodoy
ahoranopodemosvolveradormir...—peroró Doña Marta medio dormida.¿Tú te crees que madruganddo mañana se puede jugar a esto? —le recriminó Carolina.Es que ya te vale, Fran. No puedes seguir así —sentenció Juan.De acuerdo, os prometo que mañana lo miro —se disculpó nuestro protagonista mientras 
silenciaba el móvil.

A pesar de lograr pararlo, Fran no pudo volver a dormir en toda la noche, acomplejado
por la culpabilidad de haber turbado a su familia y de no saber cómo arreglar el
teléfono. Sí, definitivamente, ese problema no podía dejarse pasar.



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