viernes, 18 de septiembre de 2015

Desapariciones misteriosas.

Doña Marta Palacios llegó como solía de su trabajo, muy cansada y jadeando. Fran y Juan Gordal para entonces habían comido ya y se esforzaron por que ella tuviese una mesa puesta y confortable a su llegada, que pudiese descansar y reponerse cuanto antes. Pero según Doña Marta acabó su plato, notó algo que la alteró:

-¿Y qué habéis hecho con la tercera silla?
-Está aquí -dijo Fran
-No, esa es la rota y había tres en buen estado. ¿Qué habéis hecho con la silla?
-Pues no hemos tocado esa silla mamá. ¿No te referirás a la banqueta que hay bajo la mesa? -preguntó Juan.
-¡No! ¡Digo una silla, y vosotros no os movéis hasta que no aparezca!
-No pensábamos irnos a ningún sitio, mamá, pero no hemos tocado silla alguna.
-Aquí desaparecen las cosas y nadie sabe nada. No sé como David Coperfield es una estrella haciendo lo mismo y vosotros estáis aquí.
-Pero mamá, de verdad, no hemos cogido ninguna silla y no podemos llevarnos algo así de grande sin quererlo.
-¡Pues desde luego, aquí había una silla!.

Lo cierto es que los dos hermanos no se habían fijado en el detalle, y salvo que fuese la rota una de las sillas de la familia había desaparecido. ¿Se habría metido algún duende o gnomo en la casa?

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