miércoles, 10 de agosto de 2016

Sartenes y misas.

-¡Ahora mismo voy a estrenarlas! ¡Qué ilusión!-dijo Doña Marta con el juego de sartenes nuevo que le había tocado en un concurso.
-¿No quieres que hagamos nosotros los filetes? -preguntaron Juan y Fran Gordal.
-¡De ninguna de las maneras! Este es mi regalo y me lo he trabajado.

Ambos hermanos estaban sorprendidos de la ilusión que le hacía a su madre esa simple panoplia de sartenes. Doña Marta, que apreciaba mucho más los libros, la música, y que de ama de casa tenía muy poco estaba contentísima de su premio.

-¿Qué tal los filetes? -preguntó luego.
-Hombre, están buenísimos, pero es que la carne era buena. La sartén no supone variación respecto a la anterior.
-Pues a mí me ha encantado guisar con ellas. Son fabulosas.
-Bueno, me alegro de que tengas esa alegría -dijo Fran.
-A ver si me ayudáis a cuidarlas que he estado semanas cogiendo los cupones del ABC.
-Bueno, ahora al acabar de comer yo te las friego.
-Nihablarporquetúloharíasconelestropajodemetalyhecompradounasesponjasespecialesparanorayar
missartenesnuevassondemasiadovaliosasparaquelasdestrocéisenundíacomohacéisconcasitodoloque
amímegustanolopuedopermitir...
-Mamá, sólo hablo de fregarlas.
-Nilastoquesnomefíodetíqueeresmuybrutomehancostadomucho...
-Joder, vivir para ver, nunca creí que esto le hiciese esta ilusión- dijo Juan.
-Es que se ha puesto como con un libro de Galdós o una de sus misas.


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