-Ya
ves -dijo Alvarito enfadadísimo-, mi posesión más querida y casi
me la desgracian.
-Ya
te dije que acabarías comprándote una escopeta para vigilarla
-respondió nuestro protagonista.
-Pues
ganas me dan, de verdad.
La
policía había pasado por casa de Carolina y Alvarito a advertirles
de que habían pillado a unos individuos forzando su querida
caravana. Aunque no la habían robado, le habían hecho un
desperfecto en una luna intentando abrirla, y Alvarito la había
llevado a reparar.
-De
verdad, menos mal que no les pillé haciéndolo, porque si no...
-Bueno,
como Vincent Vega de Pulp Fiction, vas a decir que solo por
pillarlo hubiese valido la pena que lo hiciese.
-De
verdad, me dio una rabia...
-Bueno,
míralo por el lado bueno, no ha ocurrido nada y te la van a poder
arreglar. La verdad, no me extraña, porque desde que la tenéis os
ha hecho muy felices.
-Y
a ver si está antes del miércoles, que nos vamos a Huesca -añadió
Carolina.
-Si
es que es la mejor compra que os habéis hecho.
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