Aquel
día andaban Juan y Fran Gordal por Atocha, cuando una vez más
apareció aquel vehículo ridículo y espantoso del que tantas veces
habían abominado ante sus familiares y amigos: Una limusina Hummer
de color rosa chillón que alquilaban para fiestas horteras y
despedidas de soltero pijas. Sin embargo, aquella vez nadie volvió
la cabeza ni comentó nada al respecto.
-Ya
la gente la tiene asumida -dijo Juan
-Pues
si la alquilaban para lucir lo horteras y pastosos que son me gusta
que ni siquiera sirva para eso -respondió Fran.
-Sí,
en parte te reconcilia con la humanidad.
-Ya
vez tú, un hortera que un día en su vida quiera hacer com que tien
pasta y alquila eso.
-Yo
creo que un pijo muy hortera quiere lucirse alquila eso.
-Bueno,
en cualquier caso, me gusta que la gente reaccione así, no merecen
ni comentarios. El desprecio más absoluto es lo que merecen.
-Dí
que sí, que aprendan.
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