Otro año más que le caía encima
a nuestro héroe. Y si desde hacía algunos años no le hacía gracia
el día en que se veía más viejo, cada uno marcaba algún hecho o
número por su cantidad. Los 37, sin embargo le parecían un número
anodino, un número que no le decía nada. Aunque había logrado
avances personales, parecía como que lo que debía hacer era
consolidar su trabajo y progreso antes de pensar grandes objetivos:
un trabajo fijo en vez de lograr publicar grandes historias de
aventuras como siempre deseaba, leerse los libros y cómics que ya
tenía en casa en vez de buscarlos nuevos, adelgazar en vez de
ponerse fuerte y en forma... Era una edad y un cumpleaños que
parecía marcar un Stand By. Casi como el Atleti, que aquel año daba
la impresión de estarse preparando para un salto de calidad. Cuando
un equipo ficha bien en verano parece estar a punto de empezar una
temporada de grandes logros, pero el tiempo de espera parece
eternizarse. Y entonces extrajo una conclusión: no existen los Stand
By en la vida, incluso cuando uno descansa está recargando las
baterías. Y él ya tenía planes para consolidar sus logros de aquel
año, que también exigían preparación y efuerzo. En éstas estaba
dispuesto a comerse el mundo cuando...
-Felicidadeshijoahoraqueteníatiempolibremiraquécallostehehechoyquétartatehecompradoyaversi
ahoravienesconmigoalcinequeyopensabaenveralgoporqueesteveranocasinohemoshechonadaque
tengoganasde...
-Muchas gracias, mamá- De verdad que
ver esto le llena a uno cada año de energías para lo que sea. Hace
un rato estaba pensando que parecía como que estaba todo parado y...
-¡Qué parado ni qué leches! -dijo
Juan Gordal-. Vamos a ir a comprar ahora la camiseta del atleti de
este año y vamos a ver si tienen DVDs de Bud Spencer y Terence Hill
-Sois la leche. Solo por esto ya vale
la pena cumplir años.
-FranhijopreguntanportiCarolyAlvaritoquellamanalateleéfonodesdeAlemaniadiciendonosequéde
unacervezayunamisaquehanestadopensandoentiyqueloquetevanatraerencuantoentrenentierra
esppañolatevaaencantar...
Seguramente sería una cerveza extraña
tal y como conocía nuestro protagonista a su hermana y su cuñado.
Sí, esagente y esos acontecimientos daban sentido a todo, incluso a
edades anodinas. ¡Y qué hacía nuestro protagonista que no estaba
organizando una fiesta para celebrarlo! Ahora mismo iba a llamar a
Marcelo, al Grelos... Cada año debía traer consigo alegría y
avance. Y el año que viene, a ver cuántos de sus objetivos habría
logrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario