-Ayhijoquécosastienes
perosíhadecididoque
mañanavamosair
alteatroporque
tieneunasentradasyyo
tengoqueirymevienefatal
mañanaibaairacomprarme
unbolsonuevoquemehacefaltayahoramesaleconesasytampocopuedodecirlequeno...-Dijo Doña Marta Palacios.
-Pues dile que vas pasado, eso sí que lo acepta. Yo he ido a la
conferencia poprque si no me tocaba otro día.
-Esquelasentradassonparamañanaynosepuedencambiarperolaverdadnotengonipuñeterasganaspero
hainsitidomuchísimoyesmihermandespuésdetodonoquierodarleundisgustoporqueluegoseponeque
llorayquenosreprocha...
Las decisiones de la tía de nuestro protagonista eran bien
conocidas del clan de los Gordal Palacios. Ni siquiera Carolina
cuando abandonó la casa materna y se fue con Alvarito a Móstoles
había dejado de recibir consejos y planificaciones de la tía. De
cuando en cuando les buscaba eventos culturales o de ocio a los que
tenían quie acudir sí o sí. Y como decía nuestro protagonista, no
valía de nada intentar esquivarlo, porque entonces te citaba par
otro día.
-Y luego está el tema de que decide ella lo que te gusta o lo
que no. Yo no sé porqué ha decidido que esa conferencia sobre el
negocio de la harina en Madrid me interesaba.
-Amísimegustanlaszarzuelasquemebuscaperootrasvecesmehallevadoaperformancesdeteatro
conceptualquenoconocíadenadayacircosademásdeconferenciassobreliteraturaquenomeibanypretende
explicartelascosas...
-Y no sé por qué ha preconcebido que a mí me encantan Sabina y
el Jazz -dijo Juan Gordal que en ese momento entraba por la puerta.
-PuessídebeserverdadporquetambiénmehadichoquelasemanaquevienetevaallevaraunconciertodeJazz
quehayenelteatroCalderónyqueatitevuelvelocoquecómonotehabíadichonadayqueellavaallevarteyque
elplanesredcogerteunahoraantes...
-Ah, pues no, eso yo no me lo trago -dijo Juan Gordal-. Ya se lo
diré cuando llame.
Varios días más tarde la Tía Maria Cristina llamó a cobrarse
la nueva pieza, pero Juan Gordal estaba decidido a poner las cosas en
su sitio Cogió el teléfono y habló con ademásn educado pero
serio:
-Que no, Florito, que nunca sales y yo he notado que te encanta.
Pasaré a buscarte.
-No voy a ir tía, ni a ese concierto ni a ningún otro. No
vuelvas a hacer esto.
-Nunca queréis hacer nada y así os pasáis la vida, encerrados
en casa. Y a mí que me desvivo por vosotros nunca me hacéis caso
-No te desvivas, nosotros iremos donde queramos ir, no es
necesario que nos buesquesnada. -dijo Juan y colgó.
-Ayhijopuesyocreoquehashechomuybienperoesmihermanayonotengoelvalordecortarlaasíinclusome
haparecidoalgobruscoloquehashechoaunqueestábienperonosésiahoranotendráundisgustotremendoa
versaihabloconella...
-Pues a mí me ha parecido cojonudo -sentenció nuestro
protagonista-. A lo mejor es momento de darle un disgusto, pero que
nos deje ya en paz. Otra cosa que he aprendido de mi hermano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario