Aquel día, después de varios meses
sin pasar por ahí, Fran y Juan Gordal volvieron al Retiro y
observaron que en la zona central donde iba la gente que iba al
parque madrileño a practicar varios deportes había como siempre
algunos niños con sus bicicletas o aparatos similares para que
cogieran soltura. Pero aquellas bicicletas con ruedecitas que durante
tanto tiempo eran compañeras habituales de los cachorros del Tour
casi habían pasado definitivamente a la historia. Incluso Marimar,
la primogénita del primo Felipe marchaba ya con una bicicleta sin
ruedas, que era con lo que empezaban ahora los niños su relación
con el vehículode las dos ruedas. Ya lo habían comentado conasombro en casa del clan. Pero incluso había más: los pequeños
ciclistas a los seis años ya iban en bicicletas a su medida, claro,
pero con pedales, sin ningún tope para el equilibrio, en todo
semejantes a los aparatos en los que se movían los adultos que
practicaban esta forma de locomoción, salvo en el tamaño. Algunos
con pequeños maillots y cascvos cuasi profesionales parecían
disfrazados de ciclistas profesionales.
-Pues a un crío de esta generación le das una bicileta con
ruedecitas de las nuestras y la desprecia -dijo Juan-. Creería que
es hacerle de menos.
-Y fíjate que me dan penita. Eran muy entrañables -dijo nuestro
protagonista-. Pero bueno, si así aprendenb mejor y no están como
yo, que hasta la edad adulta no fui capaz, pues mejor para ellos.
-La técnica evoluciona, Fran. Supongo que tú tampoco querrías
una de esas antiguas bicicletas de adulto de una rueda enorme y otra
pequeña.
-Pero me doy cuenta con cosillas de estas que ya voy siendo yo de
esos adultos que se asombraban de cosas de las nuevas generaciones.
-A ver si estas innovaciones lesd valen, y no sólo en el
ciclismo, para ser más inteligentes que nosotros.
-Para eso es necesario que también consigan las cosas antiguas
buenas, que no pierdan los libros, los tebeos... Eso todo es a base
de esfuerzo
-Parece mentira en qué cosas más tontas notamos que son críos
de ahora, no de nuestros primeros años.
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