—Ayquevuelvaavenirladeabajoencuantestose
pongaafuncionaramímetieneenunsinviviresa
posibilidadquemiraelcalvarioquehemossufridoparaarreglarestoyvariasveceshabíanvenidoysehan
hechomuchasobras...
—Sí, pero esta vez parece que han dado con la tecla. Y pase lo que pase no te asustes más con la vecina de al lado. En todo caso el pavor que sufres no es normal.
—Peroyasabesquehanvenidomuchasvecesyquecadavezhanmiradoyqueestoreaparecíanoesmiedoes
quesomosresponsablesyaversiesamujerundíavaatenerunaccidenteconelaguaylaelectricidadqueha
tocadoestouncabledeluz...
Lo cierto es que el problema de filtraciones de agua en la casa de los Gordal Palacios empezaba a ser recurrente y cansino. Todo empezó el día en que en una pared blanca del domicilio aparecieron unas extrañas manchas grises. Parecía algo menor, pero cuando la vecina de avanzada edad de nuestros protagonistas dijo que en su pared colindante también había desperfectos, la familia adquirió conciencia del desaguisado en el que estaban metidos. Dos veces habían arreglado los grifos del baño, pero la mancha reaparecía. Para colmo de males, el último fontanero que había tocado allí resultó ser un incompetente que había machacado aún más la instalación. Había llegado a caer agua en el domicilio de la vecina.
—Ese hijo de puta tampoco se puede ir de rositas —añadió nuestro héroe—. Nos ha tenido con la vieja esta, que también manda cojones la señora, dando por culo, sin agua varios días, ha agravado esto, y se ha querido escaquear del arreglo.
—Ayhijoyoloquequieroesqueestosequedebienqueelfointaneroestetambiénnosdejóunagujeroenla
paredquetienequevenirahoraataparunalbañilynoshacobradoporellocuandoresultaquelodejópeoryno
estoyyoseguradequeconestoseacabe...
—El mal rato que te ha hecho pasar también tendríamos que cobrárselo de alguna manera. Ahora mismo, me gustaría que esto fuera como en los tebeos de Astérix y poder ir a su local y darle de hostias.
—Y el pastón que ha sido esto, y el albañil, aunque parece que eso es más barato, a saber cuánto cobra.
—Mira tú, el hijo de perra ese lo que nos ha hecho. Deberíamos lograr que pagara él todo lo que ha venido después. Y todos los que han tocado ahí sin mirar las cañerías.
—Ayhijosperovosotrosestáisegurosdequeahorahaquedadobienquenoquieroqueencuantoestoseuse
reaparezcaelproblemaqueyaestamostodoshartosyquehanvenidovariasvecesydecíanquequedaba
arreglado...
Los dos hermanos se las vieron y desearon para calmar a su madre. No sabían ya cómo explicarle que esque el problema era de las tuberías, no del baño, y que esta vez quedaría arreglado. La conclusión para nuestro protagonista era clara:
—Ojalá pudiera hacer a este mierda pasar la décima parte de la angustia que ha sufrido mi madre —concluyó.
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