Al acabar la cena de año
nuevo Fran miró a su alrededor. Allí estaban todos, Doña Marta
Palacios, Juan, Carolina, Alvarito... Todos disfrutando de aquel
encuentro e incluso Diez parecía tomar parte de él pidiendo restos
de la cena:
-Con el buey de mar
podría estar una semana que no me cansaría.
-Pero cuando te han
puesto el cochinillo parecías Obélix -dijo Juan.
-No puedo evitarlo, el
cochinillo me pierde.
-Sí, tú eres de buen
comer -dijo Carolina.
-Yo también -añadió
Alvarito-, pero sobre todo agradezco dejar de cocinar yo unos días.
-Yo voy a preparar los
paquetes de uvas -dijo Doña Marta Palacios.
-Te ayudaremos, por
supuesto.
La familia vio las
campanadas, retransmitidas aquel año por Anne Igartiburu y los
cocineros del reality Masterchef. Y cuando nuestro héroe
formuló sus deseos para el nuvo año y abrazó a su familia se dio
cuenta de qu hay cosas que nunca varían y sin embargo hacen sentir
bien como ninguna otra. Compartir fiestas con los que uno quiere al
final es lo más elevado y bonito que se puede sentir. ¡Y que sea
así por muchos años! Pero Juan añadió una cosa que le hizo pensar
en que era posible una mejora:
-A ver si el año que
viene hay aquí uno más.
-¿Te refieres a un
sobrino nuestro o a una novia par nosotros?
-Cualquiera de las dos
vale.
-Bueno, un nuevo año
siempre está repleto de posibilidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario