-Pueshijosyocreíaqueeraaguasuciaylohetiradoesquehe
vistounaguaconmalaspectoahíynosabíaqueerameha
vistounaguaconmalaspectoahíynosabíaqueerameha
parecidomuyraroencontrarunaollallenadeaguasucia
peroesloqueheinterpretadohemetidolapatanosabía
peroesloqueheinterpretadohemetidolapatanosabía
queeraparaeso...
-¡Pues nos has dejado sin sopa! -dijo
Juan Gordal
El hermano de nuestro héroe iba a
preparar esa noche la cena, y había pensado porner una sopa de
primer plato. Para ello había hecho un caldo de verduras con un
hueso de jamón y avecrem, pero Doña Marta Palacios por lo visto lo
había tirado.
-¿Pero no has visto que tenía un ajo
y un hueso?
-Puesnoesosololohevistoalfinalahorahabráquehacerotracenayolosientohijosperohemetidolapataes
verdadperoesqueyonoteníaniideayaveisloquehaocurridolosientosiqueríaishacersopaamínoseme
habríaocurridonunca...
-Pues no es que sea muy extraño, la
verdad -dijo Juan.
-Juan, déjalo -terció nuestro
protagonista-. Cenaremos los filetes de pollo y la ensalada sin
primer plato y punto.
Los tres cenaron ese segundo plato, y
hablaron de la confusión con el caldo. Obviamente Juan no llevaba
nunca bien que le olvidaran a alterar sus planes, pero menos aún si
tenían que ver con la comida. Casi una semana después, Juan seguía
recordando el suceso. Así hasta que llegó otro día en que tuvo la
idea de aprovechar el caldo donde se habían cocido las verduras para
un puré.
-Ni se te ocurra tirarlo ¿eh?
-Nohijoyaheaprendidouncaldonosetiranuncasepuedeaprovecharparamuchascosasynovolveréa
hacerlonuncamásvoyatirarloahoratepasolasverdurassiquieresparaquetúvayashaciendootracosaqueya
veoqueestásmuyatareado...
-Dea acuerdo, pues mira, voy a ir a
traer aceite que nos falta para preparar el resto.
Fran, que estaba leyendo en su cuarto
se sobresaltó al oír el grito de horror de su hermano cuando volvió
de aquella compra:
-¿¡Pero qué es esto?! ¡No me digas
que esto es lo que has entendido cuando te hedicho que pasaras las
verduras y guardaras el caldo!
-Puessíhijolohepasadotodoyelcaldosehaquedadoahíparaaprovecharlocomotúqueríasquenuncaestás
contentoyanosécómoacertarestoresultaquetampocoestábienahoratampocotegustacomolohehechono
sécómoacertarcontigoparecementira...
-Pero mamá. ¿Cuándo he dicho que lo
pasaras junto? ¿No ves que así el puré queda aguado y no se puede
usar el caldo luego?
-Bueno -sentenció nuestro
protagonista que llegó en ese momento a la escena-, nos tomaremos el
puré. Estará aguado pero lo podremos comer. Ahora, Juan, no vuelvas
a dejar un caldo en manos de esta mujer.
-No, desde luego.
-Buenohijossuertequemelotomoarisaporquenoestáisnuncacontentosnohagomásqueintentarayudaros
yparecequevaendesgraciacadavezquememetoestoparecequeesundesastreahoraresultaquetampoco
estoosireve...
-¡Es que encima lo defiende! -dijo
Juan- ¡Me dan ganas de llorar!
-Bueno, tranquilo, Juan -dijo nuestro
héroe-. Luego se lo explicaré.
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