miércoles, 1 de abril de 2020

Controlando la plaga.

Joder, se aburre uno aquí frotando —dijo nuestro protagonista mientras se lavaba las manos después de volver de una de las salidas que permitía la cuarentena para comprar productos esenciales.
Por lo menos mamá encontró el otro día el gel hidroalcohólico, que hasta hace tres días sólo teníamos colonia.

Cada vez que uno ponía el pie en la calle durante aquellos días sabía que se estaba exponiendo a un contagio de un virus muy malo. Y para evitarlo, al volver había que tomar unas precauciones exageradas de higiene y de costumbres. El siguiente paso, que nuestro protagonista no había oído a nadie recomendar, pero que él seguía escrupulosamente, era coger la ropa que había llevado a la calle y dejarla en una habitación aparte.

Hala, al rincón de la enfermedad —sentenció Fran.
Y también hay que limpiar superficies de contacto, pomos de puertas... —terció Juan.
Así se nos iba la colonia, y el gel, y el friegasuelos...
¿Quieres que te ayude?
No, deja, así me entretengo diez minutos más.
Qué mierda, cuando uno no está de precauciones está intentando pensar en otra cosa.
A ver si se pasa esto, es insufrible. 
 

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