⸺Corre, mamá, a lavarte las
manos ⸺dijo nuestro protagonista al abrir la puerta a su
progenitora.
⸺Ayhijoquépesado
eresvoyahora
mismoqueacabo
dellegartengoque
quitarmela
mascarillaylas
proteccionesmiralo
quehetraídodela
comprayparamime
hetraidoelABC
quehoyademástraíalodela
iglesiavelosacando...
Doña Marta Palacios, que estaba
llevando con una resignación muy propia de sus convicciones
cristiana la cuarentena, cuando resulta que de normal le encantaba la
calle, había disfrutado de su día de permiso. Juan y Fran Gordal la
dejaban salir una vez cada semana para que cogiera aire, mientras el
resto del tiempo la tenían en casa para que como población de
riesgo que era no se expusiera al virus que tenía afligida la ciudad
y el mundo de nuestro héroe. Y luego había que llevar a cabo el
ritual de desinfección acostumbrado, que con Doña Marta era a veces
complicado, ya que se empeñaba en alterar el orden lógico de las
operaciones, y no aguantaba que se le hiciera la más mínima
indicación.
⸺Guarda la mascarilla en su
sitio.
⸺Queyalahedejadogotamalayaquemedaseldíacadavezquemepongoahacercualquiercosanome
extrañaqueningunachicateaguantequesiempretedaporcontrolarlotodonomevasaanularvoyaseguir
haciendolascosas...
⸺Bueno, tenemos comida para
tres o cuatro días, ya recogidos todos en casa ⸺sentenció Fran.
Y así fue hasta la tarde, pero
después de la siesta Juan Gordal observó algo. No era un problema
muy serio, pero él estaba incómodo:
⸺Se nos han acabado las
coca-colas. Voy a bajar a traer.
⸺¡¿Cómo que vas a bajar a
traer?! ⸺dijo nuestro protagonista⸺. Ya hemos hecho la compra.
Espera no te digo yo que dos o tres díasl, pero a mañana al menos.
⸺No exageres, Fran. Si ha
salido mamá que lo hace mucho peor que yo, yo tomando las
precauciones puedo ir.
⸺Joder, que te estás
exponiendo. Si no lo haces por el virus hazlo porque no te multen.
Que eso no es imprescindible.
Pero antes de que nuestro
protagonista acabara esta frase, su hermano ya había abierto la
puerta y salido de casa. Doña Marta Palacios, que había ido a la
cocina apareció con una bolsa de basura.
⸺Nomehaesperadoleibaadecirquedejaraestoenelcubosisalíaquetenemosmuchabasuraacumuladade
díasenquenohabíamossalidoyhemosconsumidocosasperosehaidoahorametendréquebajaryoydejarla
ensusitio...
⸺¡No, mamá! Tú ya has
salido, voy yo ⸺exclamó Fran lamentándose de ese desbarajuste en
la cuarentena.
Nuestro protagonista volvió, se
quitó todos los aditamentos con los que salía de la casa, y corrió
a lavarse las manos.
⸺Los tres hemos salido en tres
turnos distintos. Que no vuelva a ocurrir ⸺dijo mientras se ponía
el gel de manos⸺¿Y Juan cómo tarda tanto?
Como cinco minutos después
volvió este con una bolsa de coca-colas.
⸺¿Ves cómo no pasa nada?
Venga, deja esto en su sitio que voy a lavarme.
⸺¡Pero no me toques!⸺gritó
con desesperación Fran cuando su hermano extendió una mano. Ahora
tendría que volver a lavarse y cambiarse⸺. Pues nada, nos vamos ya
todos a un guateque. Total, tal como hemos guardado hoy la
cuarentena...
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