sábado, 4 de octubre de 2014

Los Reyes

 (Publicado originalmente en La Coctelera el 7 de Enero de 2007)

Las navidades pasaron y llegaron los Reyes. Gordal se encaminó a abrir sus regalos esperando la Hexalogía de Star wars en dvd. Tambien esperaba un I-pod, y algo de ropa de su tía Maria Cristina, que a la postre fué lo único que llegó. Don Luis gordal recibió una botella de colonia "Tabaco", su favorita. Juan Gordal, el tebeo "Estafados" que quería. Y Carolina un collar. Doña Marta Palacios fué obsequiada con un libro sobre la revolución francesa. ¿Y nuestro héroe?. Pues recibió el libro de Julio Verne "La Isla Misterosa", un buen regalo y... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Una capa española como la de Ramón Garcia!!!!!!!!!! No salía de su asombro. El comentario al respectoque había hecho nuestro hombre durante las campañadas que daban entrada al 2007 había bastado para que Doña Marta le comprase la capa. Carolina rompió a llorar: -¡Es terrible!¡Espantoso! ¿Cuanto has gastado en eso? -Oye no jodas que no ha gastado más de lo que hubiese gastado trayendo lo que queríamos -dijo nuestro héroe. Ahora bien, él vió con desilusión cómo se esfumaba su hexalogía de dvds. Bueno, pensó, aún puede llegar dinero por parte de tía Carolina o de Maria Cristina. Mientras veía en "Pressing catch " a Kane y al enterrador, uno de sus grandes placeres, llegó la tía Maria Cristina. Gordal bajóa abrirla con la capa. -¿Pero quien te ha regalado eso? -preguntó. -Tu hermana. Tía Maria Cristina rompió a reir. -Pues yo te traigo más cosas, mira. Trás las charlas y abrazos , Gordal vió que le habían traído un esquijama de los Simpson, camisas, dos chorizos, idea sin duda del tío Alberto, y un dragón de peluche semejante al de "Bola de dragón" De la tía Carolina no cabía ya esperar más que zumbadura. No había recibido lo que quería, pero era feliz con su capa que pensaba ponerse la nochevieja del año siguiente. Sin embargo, Carolina Gordal seguía llorando, y Doña Marta trataba de consolarla con roscón. Casi se comió tres cuartos del mismo. Y Gordal pensó al ver su minúsculo pedazo del roscón: Tendría que haber llorado yo. Entonces llamaron al teléfono. -¿Diga?-contesdtó Gordal. -Que he venido. Vente a dar una vuelta. ¡Era el nécora! ¡Había vuelto de Finlandia! Y Abadía también había vuelto de Irlanda. Sin duda este era el mejor regalo de Reyes. La familia de Gordal también se alegró al saberlo, salvo Carolina, que seguía llorando sin consuelo.

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