-Oye, yo no te he hecho nada. Sin embargo desde que he llegado aquí tú no has parado de insultarme y soltar borderías. Luego encima te cabreas tú –dijo Gordal -Por última vez lo digo: si está aquí este cebón yo me marcho. -Es mi amigo, no puedo echarle –intentó razonar Julián. -¡Me voyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! –gruñó la asturiana como una auténtica cerdita. -¡Adiós, cariño! –la despidió nuestro protagonista. -Joder, siempre la espantáis –reprendió Julián a nuestro sujeto. -¿Quién espanta a quién?¿Están aquí “Grelos” y Abadía? -Pero ellos son dos gilipollas. -Lo preguntaré de otro modo: ¿estaría yo aquí de no haber sido vilmente engañado? Además ha empezado ella . Tú has visto que no le había hecho nada. -Pero es que viene ya precavida contra vosotros. Tratando a las pibas así no me extraña que no ligues nunca. -¿Y tú qué? Si yo no veo un coño en mi vida será problema mío. Pero a ti esta te ha llevado de sujetavelas saliendo ella con un gitanillo, no paga ni una gota de su bebida si estás tú, no te deja estar con tu gente, te ha privado de dos pibas que valían mil veces más que ella... ¡La lista de las putadas que te ha hecho es interminable! -Oye, hoy sólo la he pagado 25 euros de alcohol. -Mira, no voy a hablar de este tema más porque te creces. Hoy ponían “Perdidos”. ¿Lo has visto? -No en cambio he visto los dvds de “Ranma ½” que compramos. De este modo tan simple nuestro protagonista se escapó de una discusión que no le agradaba, y tuvo con su amigo un diálogo sobre “cosas serias” -¿En serio? Prefiero los tebeos. ¡El doblaje es infame! -Sí pero lo que yo me pregunto es por que el Ranma se queda con la piba con la que le prometieron cuando la que se transforma en gata está mucho más buena. -¡Para tía buena y además de carne y hueso, Kate la de “Perdidos”! -¿Hoy quién era el prota? -Hurley, tío. -¿Ese no es tu doble? -Oye, yo tampoco estoy tan gordo. -¡Pero si pesas 120 Kg! -Pero ese tío ya está en un extremo al que yo ni me acerco. -¡Ya, por eso estás hecho el follarín que estás hecho! -¡No vuelvas sobre el tema! -Oye, ¿qué me dices si echamos una partida de dardos y luego vamos al “Street”? –el “Street” era un pub del barrio donde solían ir al acabar sus correrías nocturnas, y Julián quería ir porque era el último lugar donde habían visto a Miren, la chica donostiarra que Gordal pretendía hacerse. -Bueno, pero ¿me puedes decir una sola vez en que tu táctica de pasar por los lugares que frecuenta la víctima haya dado resultado? -Traes tu camiseta de gala y todo –la camiseta de gala era como ellos llamaban a la camiseta de “star wars” que Gordal se había comprado cuando fue a ver el Episodio III con julián, por cierto porque Miren se había negado. Tenía a Darth Vader empuñando una espada de luz- Es la noche, tío. Tenemos que ir. No esperarás follarte a la Natalie Portman, ¿verdad?
Me ha pillado, pensó gordal. Mientras Julián insistía: -Tío, tienes que ir. -Pero tú, ¿cómo te permites ir de maestro del roce? -Ya has visto que he encontrado el amor verdadero -¡Pues vaya una mierda de amor verdadero! ¡Si es ése el amor que hay que encontrar, yo paso! -Bueno, pues ves a buscar a la Miren, que según tú es mejor. -La Miren hace tanto que no la veo que la podemos dar por muerta. -¡Lo que pasa es que no hay cojones de ir a buscarla!
Julián lo había logrado. Gordal no resistía que le dijesen “no hay cojones de...”
-Está bien, vamos.
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