-¿Qué haces viendo esa antigualla? Nunca dejas de sorprenderme. -Mira, Cárol, es del año 1941, pero esta “antigualla”, dejó sin Oscar a Ciudadano Kane. En efecto, ¡Que verde era mi valle! era considerada por muchos la obra maestra definitiva
entre todas las que que dejó John Ford. La santísima trinidad gordaliana tenía en ella uno de
sus pilares. La historia de una familia de mineros durante los años más duros económicamente
hablando del siglo XIX, y la crianza del protagonista y narrador en ese ambiente deslumbró a
todo el mundo en aquellos años y muchos después, fascinó a nuestro héroe. -Parece mentira -dijo Fran-, que una película que gira en torno a dramas sociales sea tan amena
y te muestre tantos matices e incluso momentos de diversión. -Pero está superada en muchos aspectos. -No en la narración ni en la construcción de sus personajes. Y secundarios inolvidables,
como el boxeador retirado. Y sobre todo el sello del maestro John Ford. -Bueno, ¿dirías que es mejor o peor que Centauros del desierto? -Pues sinceramente no lo sé. Pero si te gustó ésa a ti que no te va el oeste, no deberías perderte ésta.
Ficha de la película, aquí.
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